—¿Estás bien?
Pregunté, dejándome caer de rodillas junto a la niña tirada en el piso. Un grupo de curiosos se había acercado a ver, pero L ni siquiera volvió el rostro. Lo perdí de vista en cuestión de segundos. Estúpido visual de Infinite.
La niña negó entonces con la cabeza. Tenía los ojos húmedos. Y su brazo se veía extraño, doblado en un ángulo totalmente imposible. Eso me asustó, pero pese a la gran concurrencia nadie ofrecía su ayuda. No tenía idea de qué hacer en un caso así. Pensé en llamar a Sung Kyu, pero el líder seguro que me ignoraba. Entonces pensé en Hoya. No. Mala opción. Peor que Sung Kyu.
Me puse de pie entonces y sin más tomé a la niña entre mis brazos. Era muy liviana y no me parecía raro. No debía tener más de doce años. Pasando del grupo que nos miraba sin hacer nada tomé un taxi y la llevé al hospital más cercano.
Nos hicieron esperar entonces. La niña no lloraba, pero se quejaba cada pocos segundos. No sabía qué hacer.
—¿Te duele mucho?
Ella asintió. Sus pequeños ojos fijos en mi. Estaba asustada y lo comprendía. Había chocado en plena calle, se había fracturado un brazo y además un extraño la había llevado hasta el hospital en lugar de llamar a una ambulancia. Yo también estaría asustado.
Me senté junto a ella. Pude ver como su cuerpo se tensaba y toda ella se encogía contra el asiento. Era realmente pequeña.
—Lo siento por eso.
Dije en voz baja, usando un tono suave. No quería asustarla más de lo que ya estaba.
—No fue su culpa —murmuró, pero desvió la vista.
Tuve una idea. Eché un vistazo a la sala de urgencias. Aparte de nosotros sólo había una señora que tejía algo. Un suéter tal vez. Las condiciones eran buenas. No molestaría a nadie.
Me aclaré la garganta un segundo y después empecé a cantar. Mi voz no era ni de lejos tan buena como la de Sung Kyu o Woo Hyun, pero pensé que serviría en ese momento. Y así fue, la chica me miró con los ojos muy abiertos.
En cuanto terminé de cantar la señora que tejía se acercó a nosotros.
—Disculpa, pero, tú eres de Infinite, ¿verdad?
Me levanté, sonriendo ampliamente a la mujer.
—Sí, lo soy.
—A mi hija le encanta Infinite.
Le di un autógrafo y la mujer volvió a su sitio más que contenta.
La niña seguía mirándome sin decir nada, aunque por lo menos había dejado de llorar. Fue entonces que una enfermera anunció nuestro turno. La pequeña entró sola, momento que aproveché para avisarle a Sung Kyu que llegaría a casa un poco tarde. El líder quiso saber que hacia, pero le dije que ya le contaría; conociendo lo distraído que era seguramente lo habría olvidado todo al día siguiente. ¿Y que decir de Sung Jong? Ese asunto estaba muy raro. Tendría que hablar con el menor sobre ello.
La chica salió, con el brazo enyesado y la orden de tomar reposo. Creí que querrían hablar conmigo, pero no fue así. Al parecer al médico de guardia lo único que le interesaba era terminar cuanto antes y marcharse.
—¿Hay alguien a quién podamos avisarle?
Le pregunté cuando abandonamos el hospital.
—Mamá.
Susurró y me di cuenta que estaba avergonzada. Era una linda chica.
Anotó el número utilizando la mano que estaba en el brazo bueno. Y justo cuando iba a llamar caí en la cuenta de que no sabia cual era su nombre.
—Me llamo Kim Dae Hee —respondió con la misma voz tímida —canta usted muy bonito.
—Gracias.
Era realmente una chica encantadora. Llamé a su casa y me atendió su madre, enferma de preocupación. Dae Hee no solía hacer ese tipo de cosas, del colegio siempre iba a casa. Así fue como me enteré que no tenía padre y que era una chica solitaria que gustaba de leer mangas y mirar anime. Una otaku probablemente. Su madre habló mucho hasta que recordó que debía ir a recogerla y entonces colgó.
Dae Hee me miraba aún más avergonzada, pero no habló de nuevo. Parecía ser todo lo contrario a su madre.Llegué al departamento muy tarde, confiando en que todos estarían durmiendo ya, pero me llevé una sorpresa que me hizo un poco feliz, aunque también me molesto en cierta forma. ¿Qué hacía Hoya esperándome a esas horas? Yo no era ningún niño, no tenía porque vigilarme. Me escabullí de su lado lo mas rápido que pude, pero aun así alcance a ver a Woo Hyun espiando en la habitación de Sung Kyu. Eso era raro, ¿que no dormían ellos juntos? Estaba perdiendome de algo.
L dormía desde hacia un rato por lo que podía ver. Quería echarle la bronca por lo que le había hecho (accidentalmente) a Dae Hee, pero no tuve las energías para despertarlo y preferí dormir. En mis sueños estaba Hoya, pero esto no era ninguna novedad ya. Él siempre estaba ahí. Tendría que hacer algo para desaparecerlo de ellos.
El día siguiente fue muy pesado. Sólo quería terminar pronto y volver a casa a dormir, lo cual no ocurriría tan rápido como deseaba. Después del ensayo teníamos una entrevista programada. Esta fue ágil y divertida. Cada uno se metió en su papel a la perfección. Sung Kyu y Woo Hyun se pasaron todo el rato bromeandose mutuamente, alimentando el fanservice del WooGyu. Nadie habría imaginado que apenas se apagaron las cámaras y salimos rumbo a casa cada uno tomaría su sitio y fingirían que el otro no existía. El líder ocupado haciéndose arrumacos con Sung Jong.
Los miré por el espejo retrovisor, por ser el que más errores había tenido ese día fui desterrado al asiento del copiloto, cediéndole mi lugar en la parte trasera a Sung Kyu. No me molestaba realmente, tenia una buena perspectiva de lo que estaba pasando. Sung Yeol y L dormitaban, cada uno recargado en la cabeza del otro. Woo Hyun iba a su lado y miraba por la ventanilla, con sus audífonos puestos, la nueva pareja entreteniéndose mutuamente; y Hoya con sus ojos fijos en mi. Nuestras miradas se encontraron y de inmediato fingí dormir. Esas acciones suyas me alteraban demasiado.
—Sung Kyu, Woo Hyun, necesitó hablar con ustedes —dijo el mánager cuando llegamos —los demás vayan a dormir.
Le dediqué un gesto y asentí, subiendo por el elevador en compañía de los demás, dejando a los vocalistas principales en el estacionamiento. Imaginaba de que iría esa charla. De Myung Soo y sus problemas de actitud. Tras mucho meditarlo había decidido contarle al mánager lo sucedido con Dae Hee, este no se había mostrado nada contento al saberlo.
Sung Jong fue a ver la televisión, L y Yeollie lo siguieron. De nueva cuenta sentí la mirada de Hoya sobre mi, así que no me quedó más remedio que hacerles compañía a los menores. Por lo menos Jongie no nos obligó a mirar una de esas películas de zombies que tanto le gustaban últimamente.
Veinte minutos después llegó Sung Kyu, pero venia solo.
—¿Y Woo Hyun?
Le pregunté, pero se limitó a encogerse de hombros antes de dirigirse hacia L. Algo había pasado entre esos dos. El Namstar había hecho de las suyas de nuevo.
La plática entre el líder y el visual no duró mucho. L me lanzó una mirada cargada de molestia antes de ir a encerrarse a la habitación. ¿Esperaba que guardara el secreto?
Sung Jong lo vio alejarse y noté una expresión triste en sus ojos. No tardó en retirarse él también. Sung Yeol era el único que parecía ajeno a lo demás, riéndose del programa de variedades que veíamos. Me hubiera gustado ser como él, estar fuera de todo el drama que estábamos viviendo.
Sung Kyu y Hoya hablaban en voz baja, el primero con una expresión molesta en su rostro. L debía haberle respondido mal. Eso era poco común, L era siempre el más obediente con Sung Kyu. ¿Podría ser que él... estuviera celoso? Esa cuestión me hizo pensar mucho.
Esa tarde, durante una de las pausas del ensayo, le había preguntado a la feliz pareja por su relación. Se habían limitado a reír, abrazados, preguntándome si acaso no hacían una hermosa pareja.
Woo Hyun regresó entonces. Acto seguido el líder se marchó. No había duda, algo había pasado entre esos dos.
Me sentí deprimido por la situación. Si de verdad L estaba celoso por Jongie... Y si L salia con Yeollie... Y si Woo Hyun molestaba a Sung Kyu... Ah, todo era muy confuso.
Me levanté y fui a la cocina. Me prepararía un té y después me iría a la cama. No esperaba dormir gran cosa, pero quería tiempo para pensar en todo eso.
Abrí una de las puertas del pequeño gabinete, buscando una taza cuando escuché que alguien entraba en la cocina.
Me giré a tiempo para ver a Hoya acercarse a mi.
—¿Qué quieres?
—L dice que no sabe nada de una chica.
Solté un bufido. Seguía con eso.
—Pues preguntale al mánager si no me crees.
Y me di la vuelta para escapar, pero me sujetó de la muñeca, empujándome contra la puerta del refrigerador, atrapándome entre sus brazos.
—Estabas con alguien, ¿verdad?
—Sí, con una chica.
Respondí, sentía la cara caliente y mi respiración acelerada.
—Una chica.
Susurró, con una vena sobresaliendo de su cuello. Me hice a un lado, intentando apartarme, pero sólo conseguí aprisionarme más. Hoya me sujetó del cuello y antes de poder gritar posó sus labios sobre los míos, no con suavidad, sino con dureza y posesividad. Lo empuje con todas mis fuerzas, pero no tardó en volver a apretujarme contra la puerta y volver a buscar mis labios. Y yo aún lo amaba. No resistí un segundo ataque. Rodeé su cintura con mis brazos y lo besé también; fue entonces que sus besos cambiaron, pasaron de ser rudos a ser tiernos.
Escuché una tocesita a nuestras espaldas y Hoya me soltó, dejándome con medio cuerpo recargado en el refrigerador.
—Lo siento, pero Jongie tiene algo de sed.
Era Sung Kyu, obviamente. Hoya soltó un gruñido y abandonó la cocina sin mirar atrás.
—No digas nada.
Pedí en voz baja, avergonzado por lo que había ocurrido. Sung Kyu soltó un suspiro y me dio una palmadita en el brazo antes de tomar un vaso con agua y marcharse.
Una vez solo de nuevo llevé mis dedos a mis labios, ligeramente hinchados por el repentino ataque. ¿Por qué Hoya había hecho eso? ¿Y por qué yo lo había permitido? ¿Podría ser qué él...? Ahogué un sollozo con la mano. ¿Seria demasiado grave si después de todo mantenía un poco de esperanza?
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Quédate a mi lado
Fiksi PenggemarSung Jong quiere a Myung Soo. Y Myung Soo tal vez quiera a Sung Jong. Sung Kyu quiere a Woo Hyun. Y Woo Hyun quiere a Sung Kyu, pero también quiere a Key. Dong Woo quiere a Ho Won. Y Ho Won... no sabe lo que quiere.