Seducida por un demonio

8

Sus cuerpos aterrizaron sobre una pila de hojas secas y Cassy se encontró a horcajadas sobre Rowen. Sus brazos estaban alrededor de su cintura, abrazándola.

—¿Por qué hiciste eso?, y Alicent...—su voz se quebró—. ¿Está muerta ahora?

—Podría estarlo —respondió Rowen sin rodeos—. Y correríamos el mismo destino si no hubiéramos logrado escapar.

La fuerza de Rowen pareció haber disminuido y se sintió físicamente agotado después de aprovechar sus poderes mágicos para transportarlos.

—¿Qué te sucede? Estás muy pálido.

Cassy se acercó a él sin dudarlo y le ofreció su sangre una vez más. Rowen olisqueó su cuello, luego expuso sus colmillos y bebió de su elixir. Mientras la abrazaba, podía sentir el constante latido del corazón de Cassy, ​​la esencia misma de su vida reverberando a través de su ser. Este acto íntimo despertó algo inesperado en Rowen: un profundo y creciente amor hacia la joven bruja.

—¿Mejor? —preguntó ella cuando el demonio terminó de alimentarse.

—Un poco... —dijo Rowen con preocupación—, mi magia aún está limitada por la maldición, y para poder protegerte tendrás que liberarme.

Cassy se tensó cuando las palabras de Rowen le recordaron la advertencia del oráculo: No se debe confiar en ningún demonio, pero hay criaturas más peligrosas a las que temer, pequeña bruja... así que una alianza con Rowen Morningstar podría ser beneficiosa para ti.

—De acuerdo, ¿qué debo hacer?

—Tenemos que realizar un hechizo. Necesitaremos algunos ingredientes y objetos para hacerlo bien...

—Las videntes Nightshade... Quizás puedan ayudarnos.

—De acuerdo, vamos.

Rowen, con sus instintos de supervivencia y sus sentidos agudizados, guio a Cassy por el sendero y los dos se abrieron paso entre la densa maleza con relativa facilidad...

🖤

Enma no dudó en brindarles la ayuda que necesitaban. Rowen y Cassy entraron a la casa.

La anciana, Ava Nightshade, los esperaba en el interior, revelando que ya sabía que vendrían, pues tuvo una visión premonitoria horas antes.

—Mis poderes se han intensificado desde hace un par de días, tengo visiones constantes.

—Se debe a la presencia de criaturas demoníacas en el pueblo —explicó Rowen—. Tus antepasados solían ser protectores de los humanos, y aliados de los celestiales, con una conexión intrínseca con el oráculo que rige el destino de nuestros mundos.

Ava y Enma escucharon al demonio con mucha atención, asustadas, pero también asombradas, al descubrir que eran parte del mundo mágico.

Rowen, sosteniendo el libro en sus manos, hojeó las páginas, escaneando el texto con la mirada hasta que encontró las instrucciones necesarias para romper la maldición. Las letras doradas brillaban en la página, describiendo los pasos que debían seguir.

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---Libro oscuro---

Para romper la maldición se requiere de algunos ingredientes:

• Una flor de hematites.

• Un vaso de agua bendita.

• Un frasco de aceite esencial de rosa.

• Un amuleto con hechizos de protección.

• Una vela hecha con cera natural.

• Un paño de seda blanco.

• La sangre de una bruja virgen.

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Ava y Enma se movieron por la casa, reuniendo y preparando los ingredientes necesarios para el hechizo. Una vez que todo estuvo en orden, invitaron a Rowen y Cassy a ocupar sus lugares en el centro del pentáculo que dibujaron en el suelo con sal.

Cassy se preparó para dispersar su sangre según las instrucciones de Ava. Podía sentir un aleteo de nervios en la boca del estómago, sin embargo, su determinación de liberar a Rowen eclipsó cualquier inquietud.

"Por el poder de las brujas Bloodstone,

Yo, una virgen de su linaje, decido romper el hechizo..."

Mientras hablaba, vio las gotas de su sangre caer sobre el pentáculo, tiñendo de color carmesí las marcas de sal.

"Con amor en mi alma,

Libero a Rowen de las ataduras de la maldición,

Y le concedo su plena libertad."

El corazón de Cassy latía con una mezcla de miedo y asombro mientras aceptaba las implicaciones de la invocación del hechizo. La idea de que tenía que amar al demonio para liberarlo le provocó un escalofrío en la espalda, exponiendo su vulnerabilidad e incertidumbre. Se encontró con la intensa mirada de Rowen, sus ojos se fijaron en los de él mientras sus auras mágicas, una hermosa mezcla de azul y púrpura, se fusionaban y bailaban a su alrededor, creando una sorprendente exhibición que recordaba a la aurora boreal.

Sin previo aviso, fueron atraídos por una fuerza magnética que no pudieron resistir, y sus labios se unieron en un apasionado beso.

Cassy renunció al control y se permitió sumergirse por completo en el momento. Cuando todo volvió a estar en silencio, abrió los ojos y vislumbró a Rowen en su verdadera forma por primera vez.

Aunque él aún tenía brazos y piernas, su piel adquirió un tono púrpura intenso, con sus alas desplegadas y pequeños cuernos que se extendieron desde su frente.

Él rápidamente se transformó en la apariencia atractiva que ella ya conocía, sintiéndose avergonzado de su aspecto demoniaco.

—¿Funcionó? —preguntó Enma, interrumpiendo el momento.

Rowen se volteó hacia la chica pelirroja.

—Eso lo estamos por descubrir... —dijo con una sonrisa, mientras canalizaba su poder para crear una ilusión óptica. Llenó la habitación con una ráfaga de hermosas flores y luego las transformó en amenazadoras serpientes, haciendo que los demás saltaran del susto.

—¡Idiota!

Cassy golpeó a Rowen en represalia, y él soltó una carcajada, deleitándose con su nueva libertad.

Dio un paso hacia la bruja, ​​con la intención de tocarla, pero ella se alejó, lo que hizo que el demonio interpretara su acción como un rechazo.

—Tienes mi gratitud a perpetuidad, Cassandra Bloodstone —manifestó, con voz un tanto triste.

Cassy respiró hondo, tratando de ordenar sus pensamientos.

No tenía miedo de él, o de su apariencia demoníaca, sino de sus propios sentimientos; ya que a través del hechizo descubrió que se había enamorado de Rowen. Y todavía no sabía cómo asimilarlo. Una relación con un hijo de Lucifer no parecía conducir a nada bueno... Además, era muy joven, no se sentía preparada para ser una concubina, o formar parte de esos planes tan permanentes que él tenía para ambos.

Ella necesitaba tiempo para decidir lo que realmente quería.