Disventure Camp Power AU
Años y años encerrados en un laboratorio de pruebas, solo por una simple diminuta cosa que los hacía diferentes a las demás personas. Nuestros protagonistas tenían una condición extraña, eran seres sobrenaturales nunca antes...
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Mientras Nick estaba en la villa, pensando en su futuro, los chicos del campamento estaban preparándose para su aventura nocturna en el bosque.
Kai se encontraba en su tienda, ajustando su mochila y mirando a lo lejos hacia Yul, quien estaba sentado en una roca, mirando el fuego.
No habían hablado desde esa noche en la pijamada, cuando Yul le dijo que no eran nada. Kai aún sentía el dolor de esa conversación y no sabía cómo acercarse a Yul de nuevo.
Yul, por otro lado, parecía indiferente, como si nada hubiera pasado entre ellos. Pero Kai sabía que eso no era cierto.
James, el hombre lobo, se acercó a ellos, su voz baja y rasposa. —Vamos, chicos. Es hora de explorar el bosque.
Kai asintió, pero su mirada seguía fija en Yul. —Sí, estoy listo.
Yul se levantó y se unió al grupo, sin mirar a Kai.
De repente, Yul se detuvo y se giró hacia Kai. —¿Qué miras? — preguntó, con una expresión seria.
Kai se sorprendió y se ruborizó. —Nada... — respondió rápidamente.
Yul lo miró un momento más antes de volver a caminar.
Kai se sintió confundido. ¿Qué había significado esa mirada? ¿Era un signo de que Yul aún sentía algo por él?
James se sentó en la roca cerca del fuego, mirando a los chicos mientras se preparaban para la noche. Su mente estaba en otro lugar, pensando en Aiden, el mitad ángel mitad demonio que había capturado su corazón.
Hacía tiempo que James sentía algo por Aiden, pero no había encontrado el valor para confesarlo. Esperaba que esa noche, en el bosque, podría encontrarlo y tal vez... tal vez algo podría pasar entre ellos.
Además de Aiden, James también esperaba encontrar a Tom, Jake, Fiore y Lake. Había oído que estaban en la zona y siempre era divertido pasar tiempo con ellos.
[...]
James lideró el grupo de chicos hacia el bosque, determinado a encontrar el paradero de los chicos desaparecidos.
Mientras caminaban, el grupo hablaba en voz baja, compartiendo historias y rumores sobre los chicos desaparecidos. James escuchaba atentamente, intentando encontrar algún patrón o pista que los llevara a encontrar a los desaparecidos.
De repente, Gabby se detuvo y olfateó el aire. —¿Qué es eso? — preguntó, su voz llena de curiosidad.
James se acercó a ella y también olfateó el aire. —Parece ser un rastro de magia... — dijo, su voz llena de intriga.
Yul se acercó a ellos, su ojos brillando con curiosidad. —¿Un rastro de magia? — repitió. —Eso podría ser una pista.
James asintió. —Vamos a seguir el rastro y ver dónde nos lleva.
