KERSEY CALLAHAN VOL. 1 [15+]

Cap. 13 - Una estrella

Armando, con muchos kilos de más se encuentra poniéndose una peluca de mujer, de manera un poco "mal hecha", ya que se encuentra distraído mirando su celular.

—Ay Armando, ponte eso bien —le reprende María con cierta sorna.

Armando se deja poner la peluca.

—Ahora falta esto—menciona María, quién comienza a ponerle maquillaje femenino.

Ambos chicos se encuentran preparándose para grabar un vídeo humorísticos para redes sociales. La idea era parodiar a las cantantes femeninas de la actualidad.

Armando se encuentra un poco ansioso, cómo es común, el chico mueve su pierna insistentemente. De repente el chico aparta a su amiga de forma humorística.

—No inventes, me pusiste labial dentro de la boca —menciona.

María ríe.

—Pues no se mueva teacher —menciona María.

Armando se coloca de nuevo para que María continúe maquillándole.

—Espero que este vídeo sí tenga vistas, ya como un mes sin subir nada —se queja María.

Armando se encoge de hombros.

—¿Para qué te metes de luchadora? No inventes —se burla Armando.

María termina de maquillar a su amigo.

—Era eso o seguir sufriendo por estupideces. Nunca fui tan fan de las luchas o el wrestling, pero ya que estás adentro... —añade María. —...tiene un cierto encanto, lo reconozco.

—Yo prefiero seguir siendo fan, nada más. Eso no es lo mío-.

María empuja a su amigo con cierta sorna.

—¿Qué es lo tuyo entonces?

Armando tuerce el labio, fingiendo indiferencia.

—Paso todo el día frente a la computadora haciendo mis clases. Soy un teacher de inglés en línea, supongo que estoy bien—menciona Armando para sí mismo.

—¿De verdad estás bien?

—Mi trabajo es todo lo que tengo, nada más vale la pena.

María comienza a maquillarse a sí misma, ayudándose de un espejo.

—No te amargues tan joven Armando. Lo digo enserio, tienes mucho potencial como para pudrirte en una rutina.

Armando bosteza.

—¿Qué más tengo? Tú sabes los sueños que tengo, pero eso no es viable ni realista. Ser "estrella" es una idiotez. Además, no tengo a nadie en esta vida.

María sonríe para sí misma.

—Me tienes a mí, Armando.

Armando ríe burlonamente.

—Tú vive tu vida Mary, mientras te pague la renta por vivir en tu casa, eso es todo lo que importa.

María termina de maquillarse, esbozando una mueca de desaprobación.

—Tanto odias tu vida, pero ni siquiera la terminas, sólo te dejas morir de a poco con el alcohol. Y eso es más cruel contigo mismo.

Armando comienza a sentirse incómodo con la conversación. Y como suele ser común, comienza a ver su celular, en un intento de distraerse de aquella situación.

María, que conoce muy bien a su amigo, pone una mano en su hombro.

—No te estoy regañando Armando.