Amor en línea [Love#3] ✔️

♡Capítulo 49♡

"Como voy a culpar al viento por el desorden que vino a hacer, si fui yo quien abrió la ventana."

-Mario Benedetti.

CAPÍTULO 49

♥︎Libertad amarga♥︎

Al salir del trabajo tal y como lo esperaba, mi novio me está esperando a un par de metros de distancia, dentro del auto de Alex. En ese instante Samuel viene caminando de mi lado derecho y se para frente a mí.

—¿Estás mejor? —me pregunta, con una leve sonrisa.

—Sí, creo que va a ser el momento —le digo, mirando a Nacho.

Mi amigo se da vuelta y ve a Nacho dentro del auto se mi amigo, pienso que va a bajar, acercarse y saludarnos, pero no lo hace.

—Comprendo, voy a ver a Charlotte y a merendar con ella.

Charlotte, mi compañera de trabajo con la que me llevo muy bien y nuevo ligue de mi amigo. Resulta que hace aproximadamente tres semanas con Sam vinimos a buscar a Mateo al terminar su jornada de trabajo y justo Charlotte estaba trabajando con nuestro amigo. Samuel no dudó ni un segundo en hablarle y llevan conociéndose desde entonces.

Asiento y me despido de él con un beso en la mejilla, luego lo veo entrar al lugar en donde trabajo y comienzo a caminar hacía el auto en el que está mi novio.

—Hola, amor —lo saludo, una vez que subo al auto.

Se acerca a mí y deposita un sonoro beso en mis labios. Luego dejo mi cartera a un lado.

—¿Quién era él? —me pregunta, normalmente.

—Es un amigo, comparto un par de clases con él.

En ese instante en el que le miento, Nacho parece darse cuenta. Samuel sí es mi amigo, pero no solo comparto ratos con él, comparto mis días con él así como lo hago con Mateo, Nahir, Alex, Exequiel y Natasha.

No sé por qué mentí, si no hay nada de malo.

Quizás porque estás omitiendo el hecho de que casi te besas con Samuel una semana después de haberlo conocido.

Error, conciencia. Nunca intenté besarlo, él lo intentó y luego se apartó. Nunca pasó nada, absolutamente nada.

¿Entonces por qué le dijiste eso a Ignacio?

—¿Un amigo? —replica, con una ceja levantada, mientras arranca el auto y me lanza una mirada rápida. La tensión en su tono es palpable, aunque trate de mantener una fachada tranquila.

—Sí, un amigo —respondo, con una sonrisa forzada, mirando por la ventana para evitar su mirada. Mi mano juega con el cierre de mi chaqueta.

—¿Un amigo que te besa en la boca? —murmura, fingiendo indiferencia, pero su voz se quiebra ligeramente, delatando una incomodidad que no quiere admitir.