Amor en línea [Love#3] ✔️ (Epílogo el 1/12)

♡Capítulo Final♡ (55)

CAPÍTULO FINAL (55)
♥︎¿Existe un "Felices para siempre"?♥︎

Agosto 2024

—¿Vas a dejar estas carteras? —pregunta mi mejor amiga, mientras guardo las cosas sin parar.

Miro a Nahir, confundida. Es obvio que las voy a llevar, no sé por qué la pregunta.

—Todo lo que está en esta cama se va o vuelve a Argentina.

—Así es mucho mejor, ya que la próxima vez que volvamos va a ser en verano y ya nos vamos a quedar allí —dice Via, mientras me ayuda doblando la ropa.

No sé en qué momento compré tanta ropa acá en Estados Unidos o comencé a traer todo de Argentina, pero tengo mi cama completamente llena de todas mis cosas.

Olivia sonríe cuando suelto un suspiro dramático y dejo todas las carteras a un lado. Nahir me lanza una remera en la cara bromeando Nahir me lanza una remera bromeando y eso hace que yo suelte una carcajada.

—Les compro una hamburguesa si me guardan todo en las maletas.

Tengo cuatro maletas, mi plan es llevar dos ahora y dos a principios del año que viene, así sólo quedarían los pocos muebles que tengo y accesorios del departamento.

Mateo entra a mi habitación, abraza a su novia fuertemente y le da un corto beso en los labios.

—¿Todavía no terminaste? —me pregunta, impactado.

Niego con la cabeza, haciendo un puchero, mi amigo solo me mira y me da unas palmaditas de consuelo en la espalda.

—¿Cómo te fue hoy? —le pregunto, tratando de cambiar de tema de conversación para no estresarme.

—Bien, creo que apruebo.

—¡Eso es genial! —le dice Olivia emocionada y lo abraza —Felicidades mi amor.

—Gracias, mi vida —le responde él y la besa.

Pocos segundos después Nahir nos mira a todos preocupada.

—Me alegro mucho, Matu —le digo, con una sonrisa y le doy un corto abrazo.

—Felicidades, amigo —lo felicita Nahir y también lo abraza.

—Le escribí a Alex para saber cómo le fue, pero no respondió —informa nuestro amigo, preocupado.

—Tranquilo, todavía debe estar haciendo el parcial.

Al escuchar esas palabras la tranquilidad en el rostro de Mateo es evidente, hace un lugar en la cama y se sienta.

—¿Qué vamos a comer? —me pregunta, mirándome.

—Aire, porque hoy no pienso cocinar.

Levanta las cejas, —Pero si yo cociné ayer —suelta, con indignación.