Alerta roja

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Fue demasiado tiempo, tener a Nicholas lejos por tres semanas hizo que todo mi sistema se fuera abajo, estuve tres semanas en una casa de seguridad y en rehabilitación y fue una mierda sin ninguno de mis amigos o mi familia.

– Hay que trabajar — Me dice, llevamos 1 hora en su silla de trabajo solamente uno encima del otro y abrazados.

– Opino lo mismo. — Cuando nos soltamos, siento que nuevamente me falta el aire pero evado esa sensación.
– Aun tienes la cara roja — Acaricia el lado de la cara en el que Paul me pego.

– ¿No le tapo el maquillaje?

–Si, pero igual se aprecia — Agarra mi brazo — ¿Sabes que pagara no?

– Nicholas, no quiero que nadie salga herido.

– Y nadie lo saldrá, el pagara consecuencias.

– Nich...

– Te pego Emily, por su culpa casi te secuestran.

– Tampoco te hagas el santo — Le corto el discurso — El me habra pegado pero tu rompiste mi corazón en mil pedazos.
– No compares.

– Su golpe me dolió en el cuerpo, el tuyo en el alma Nicholas.
Mis lagrimas empiezan a surgir y no puedo detenerlas.

– Ese día fui porque eras mi refugio, cómodamente pude haber ido a la habitación de los guardias pero no — Limpio mis lagrimas — Quise ir contigo y que gane? Verte ebrio y desnudo.

– Perdóname.

– Me cuesta Nicholas, — Me acerco a el — Te amo pero si cada que las cosas se pondrán difíciles huirás, prefiero sufrir por no tenerte que sufrir por sentir como me abandonas.

Con mucho dolor en las costillas, me voy a mi oficina en la cual rompo a llorar... Estoy cansada y lo noto, la Emily de hace unos meses escupiría en mi cara al ver en lo que he parado.
Carajo, hace meses mi vida no era perfecta pero no era tan mierda como ahora, desde que Nicholas llegó todo mi entorno quedó en ruinas...

– Señorita Blake? — El agente de seguridad que me asignaron toca mi puerta.

– Estoy bien.

– Lo sé, pero no es para eso — Habla tras la puerta — Me informan que hay un señor queriendo verla.

– Quien? — Limpio mis lágrimas y como puedo, me pongo un poco de maquillaje.

– Se llama Logan.

<<Mierda>> Lo mas rapido posible, me acomodo y me arreglo la coleta que gracias a Nicholas se había destruido.

– Dile que lo espero en el café que está enfrente — No puedo recibir al contrincante de Nicholas en la casa blanca.

– Llevenme al café y vigilen desde otra mesa. — Abro la puerta.

– Pero el señor dijo que...

– Me vale tres pitos lo que dijo el señor, me llevan y vigilan desde otra mesa.

El camino no es para nada largo, de hecho se llega en 5 minutos caminando.

Al llegar, agradezco a Dios que no está lleno y gracias a eso, los guardaespaldas pueden sentarse disimuladamente en una esquina mientras yo camino hacia el hombre que en estos momentos me ve sin ningún tipo de pudor.

– Señorita Blake — Besa mi mano con sus labios calidos.

– Me da mucho gusto verte

– Lo mismo digo, desapareciste de la faz de la tierra.
– Mm — Me pongo en modo pensativa — Es que me gusta desaparecer de vez en cuando.

– Para la próxima, avise.

– Tengo hambre — Cambió el tema — ¿Pedimos?

Ambos pedimos café y algo para comer mientras nos hundimos en pláticas triviales.

– Y cuentame, como va tu campaña — Le pregunto para desviar.

– Bien, no se si lo sepas pero te voy superando — Dice en tono de broma.

– Gracioso — Le pegó en el hombro pero es tan musculoso que ni le duele.

– Sabes que si fue gracioso — Seguimos comiendo pero hay una pregunta de Logan que nunca he podido resolver.

– ¿Logan?

– Si?

– ¿Por qué quieres ser presidente? Tu perfil nunca encajo con eso.

– No se — Se sienta bien — Un dia decidi salirme del rumbo familiar y entre a la política, luego se que una cosa llevo a la otra.

– Interesante — Tomo un sorbo de café.

– ¿Y tú? Pasar de agente a política no debió ser muy fácil.

– En lo absoluto, ser agente era tener estrategias y balas. Ahora necesito lo mismo pero al doble...

Nos sumergimos en pláticas triviales hasta que me doy cuenta de la hora.

– Debo irme — Dice — ¿Te veo mañana?

– Si, claro — Me da un tierno beso en la mejilla y se va dejándome muy acalorada <<Hay un problema>>

Los escoltas me acompañan hasta la casa blanca y parece que aquí, ocurre un caos. Cuando subo, veo que van llegando el presidente junto con su partido entero.

– ¿Que paso?

– Hay alerta roja. — Dice Carolina y me lleva hacia la sala con ellos.

Hay hombres que van y vienen con computadoras, papeles y demás.

– Emily acompañame — Dice Nicholas y a como están las cosas, no estoy para estar de prepotente asi que lo acompaño.

– ¿Qué está pasando? — El ascensor sube más rápido de lo normal.

– Plantaron una bomba en la casa de mis papás.

– ¿Y aquí? ¿Estamos seguros?

– Si, el servicio de seguridad ya escanea indicios de pólvora y explosivos.

– ¿Quien hizo esto?

– No sabemos, pero claro esta que el plan es eliminarnos.
Nos vamos a su oficina y el se pone a teclear como loco mientras el teléfono suena continuamente.

– ¿En que te ayudo?

– Necesito que busques estas codificaciones. — Me entrega la laptop y yo empiezo a copiar los códigos que aparecen en pantalla, hay seriales de armas y muchos, pero muchos registros de pólvora.

Mientras Nicholas responde el teléfono, yo parezco una loca tecleando códigos y buscandolos en la red pero no, no pertenece ni a los irlandeses ni a los italianos pero... Tampoco son de nadie, tienen dueño.

– Nich, ven aquí.

– ¿Qué encontraste? — Pregunta.

– Estas armas son de origen estadounidense. Ni exportadas ni mucho menos fabricadas en bases extranjeras.

– ¿Que coño?

– las fabricaron aquí Nicholas, sea quien sea tiene el espacio suficiente para hacer armas y explosivos, para esto se requieren por lo menos el doble de hectáreas que posee la casa blanca.

– Em.

– Dime

– ¿Qué es esa caja? — Ambos vamos con mucha precaución y cuando la abrimos, nos encontramos con que la caja está repleta de fotos.

– ¿Qué carajo? — Son fotos de nosotros, escapando, en el carro, besándonos y hay una en la que aparecemos casi desnudos.

– "La prensa no estará feliz de ver el romance entre la primera ministra y el presidente" — Leo la nota.
Mierda.

En ruinas (borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora