Capítulo 1

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Annie.

Los recuerdos de tus momentos en la Arena te atormentan, pero, con algunas palabras, él logra devolverte a la realidad. Todos creen que estás loca, pero, no es así, tú sólo eres diferente desde que volviste. Y Finnick lo sabe y lo acepta. Porque te ama.

Despiertas y él está junto a tí. Verlo allí te resulta reconfortante, pero no lo despiertas. Vas hacia el cuarto de baño, lavas tu cara, tus dientes, y, repentinamente sientes náuseas. Vomitas todo lo que comiste la noche anterior. Intentas recordar si algo que comiste te hizo mal, pero, habías comido una ensalada y de postre una rica manzana.
Al escucharte vomitar, Finnick va corriendo al baño. Llega y te pregunta qué pasa, pero, antes de que puedas responderle, sientes que algo se mueve en tu interior. Es una sensación extraña, pero de algún modo, te agrada la sensación, porque crees que sabes lo que está pasando. Y es cierto. Finnick te mira con sus ojos verde mar completamente desconcertados. Comienzas a llorar y él piensa que lo haces porque algo te duele, porque no lo sabe.
Agarras una de sus manos y la llevas hacia tu barriga. Inmediatamente él te mira y sonríe. Ya lo sabe. Acuna tu rostro entre sus manos y se funden en un tierno beso. Por un instante, sientes que todos tus problemas desaparecen. Pero, cuando se separan, sabes que algo va mal. Su sonrisa desapareció completamente. Y te dice una de las cosas a las que más les temes. Tiene que irse, y no a cualquier lugar, tiene que irse al Capitolio. Te promete que volverá a salvo, pero, sabes que no será así tendrás que criar a tu hijo sola. Porque Finnick no volverá.

Finnick y Annie. (Los Juegos del Hambre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora