Chapter 18/2

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Pov Jungkook

La celebración fue perfecta, justo como la imaginé. Breve, íntima, con nuestros amigos y familiares más cercanos, quienes nos llenaron de buenos deseos, risas y lágrimas de felicidad. Jin hizo un discurso emotivo y, como era de esperarse, reveló orgullosamente que fue él quien planeó todos los detalles. Era imposible no agradecerle por cada pequeño toque de magia que aportó. El sol empezaba a descender en el horizonte, y justo antes de que cayera el atardecer, nos despedimos entre abrazos y promesas de vernos pronto. No queríamos despedidas largas; lo nuestro era un escape, una aventura que solo necesitaba de nosotros dos.

Nos dirigimos hacia una pequeña isla privada, nuestro refugio por una semana entera. El trayecto en bote fue tranquilo, con la brisa acariciándonos el rostro, y el sonido de las olas haciéndonos sentir que estábamos entrando en una nueva etapa de nuestras vidas. Jimin se acurrucó en mi hombro, y mientras miraba el horizonte, me di cuenta de lo mucho que habíamos pasado para llegar hasta este momento. Cada dolor, cada lágrima, cada lucha... todo valió la pena.

Al llegar a la isla, el sol ya se había escondido por completo, y el cielo se llenó de estrellas. Jimin soltó una risa suave al ver la pequeña cabaña que nos esperaba, envuelta en luces cálidas, rodeada de palmeras y con una vista espectacular al océano. Era sencilla, pero perfecta para nosotros. Dejamos nuestras cosas a un lado y simplemente nos abrazamos, como si quisiéramos asegurarnos de que esto era real, de que finalmente estábamos aquí, juntos.

Esa primera noche, cenamos en la playa, bajo la luz de las velas y la luna. El sonido de las olas era nuestra única música. Jimin estaba deslumbrante; no podía dejar de mirarlo, sus ojos brillaban con una paz que hacía mucho no veía.

—Te amo —le dije, tomando su mano sobre la mesa.

Jimin sonrió, inclinándose un poco hacia mí, y respondió: —Yo también te amo, más de lo que puedo explicar.

Nos quedamos así, simplemente disfrutando de la compañía del otro, sin prisas ni preocupaciones. Hablamos de todo y de nada a la vez: de cómo había sido el día, de los recuerdos que compartimos con los amigos durante la ceremonia, de las pequeñas anécdotas que surgieron en el último año. Jimin hizo una broma sobre lo difícil que fue decidirse por el traje de la boda, y yo le respondí con otra sobre cómo nunca dejaría que Jin fuera nuestro planificador oficial otra vez, aunque en el fondo ambos sabíamos que lo había hecho increíble.

Después de la cena, decidimos caminar por la orilla del mar, dejando que el agua fría acariciara nuestros pies. El reflejo de la luna en el agua iluminaba nuestro camino. Jimin se soltó de mi mano por un momento, corriendo un poco hacia adelante, riendo como un niño pequeño, dejándose llevar por el momento. No pude evitar sonreír al verlo así, tan feliz, tan despreocupado. Corrí tras él, tomándolo de la cintura y levantándolo en el aire, mientras ambos reíamos.

—Prométeme que siempre seremos así —me dijo cuando lo dejé bajar, su voz en un susurro lleno de emoción.

—Te lo prometo, Jimin. Haremos todo para que siempre sea así.

Nos sentamos en la arena, abrazados, mirando el horizonte. El mundo se sentía tan pequeño y, a la vez, tan inmenso. No necesitábamos nada más; en ese momento, estábamos completos.

La arena estaba fresca bajo nuestros pies, y el sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla era casi hipnótico. El sol ya había desaparecido, dejando atrás un cielo teñido de naranjas y rosados que lentamente se iban desvaneciendo en un azul profundo. La brisa marina era suave, refrescante, y traía consigo el aroma salado del océano. Estábamos sentados uno al lado del otro, con los dedos entrelazados, mirando cómo la noche se apoderaba del horizonte.

Remember Me- Au KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora