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Tan pronto como llegaron a su habitación, sus deseos se encendieron como una chispa. Sus instintos primarios tomaron el control, alimentados por los efectos del despertar mágico de Cassy.

—Quítate la ropa —ordenó ella, lanzándose sobre él para besarlo y tocarlo—, te necesito, te necesito tanto.

—Cálmate, brujita —dijo Rowen, riendo—, y deja de darme órdenes...

La empujó sobre la cama y decidió jugar un poco con ella; enardecerla de muchas otras maneras antes de consumar su unión a plenitud.

Con una sonrisa maliciosa, Rowen pasó las manos lentamente por el dobladillo de su vestido corto, acariciando sus muslos. Sus dedos trazaron un camino de fuego hasta su vagina.

Cassy se rindió a su toque, su cuerpo reaccionó muy rápido a los estímulos, mojándose y gimiendo.

Rowen desabrochó su corsé y cuando ella tuvo sus senos al descubierto, estimuló sus areolas con la boca, chupando y lamiendo la piel sensible.

—Oh, Rowen... Se siente tan bien, no te detengas, por favor —manifestó Cassy.

Él no se detuvo, al contrario, le quitó las bragas, y después, se dedicó a besar su sexo, embriagándose con los fluidos de su excitación, también con su sangre, la cual tomó de su ingle, dejando sobre ella marcas posesivas...

A medida que pasaban las horas, un escudo mágico comenzó a formarse alrededor de los dos, con la energía de los orgasmos de Cassy.

Hasta que Rowen ya no pudo controlarse y la hizo suya. Su miembro era un poco diferente al de un humano, grande, grueso, pero con una extensión que permitía estimular el clítoris simultáneamente con la penetración.

Cassy lo disfrutó, entregándose a la dulce condenación con sus piernas muy abiertas y moviéndose rítmicamente.

No hubo dolor en perder su virginidad, más sí un placer abrumador; olas que la golpeaban una tras otra mientras Rowen la poseía.

Sus ojos sobre ella, adorándola, la hicieron sentir segura, tan amada... hasta que el "ascenso" alcanzó su punto álgido.

Rowen la cambió de posición, para que pudiera sentir su hombría a total profundidad, y ella dio saltos apasionados que intensificaron su entrega.

Ambos gritaron, llegando al clímax en simultáneo, y desplomándose exhaustos sobre la cama que había sido parcialmente destruida por el vigor del demonio.

Ambos gritaron, llegando al clímax en simultáneo, y desplomándose exhaustos sobre la cama que había sido parcialmente destruida por el vigor del demonio

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Las primeras horas de la mañana habían pasado sin que se dieran cuenta, pero no sin dejar su huella. Los orgasmos de Cassy provocaron pequeños temblores en el pueblo, al mismo tiempo que causaron algunos cortes eléctricos.

Rowen, todavía tambaleándose por las secuelas de su apasionada noche, esperó pacientemente a que la bruja despertara. Su naturaleza demoníaca facilitó su recuperación de las intensas actividades sexuales. Sin embargo, se produjo un acontecimiento inesperado. Un dolor repentino y agudo le recorrió el pecho, acompañado de un zumbido ensordecedor en sus oídos que lo hizo desmayarse.

Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que ya no estaba en la tierra, sino en el inframundo, y que era su padre, el mismísimo rey del infierno a quien tenía delante.

—Bienvenido a casa, hijo mío —dijo Lucifer.

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En la tierra.

La bruja despertó, y se encontró envuelta nuevamente en la oscuridad de la noche. Los recuerdos de los acontecimientos recientes danzaron en su mente: la batalla, y su encuentro sexual con Rowen.

Le dolía el cuerpo en ciertas áreas, haciendo eco de su noche salvaje y apasionada, pero también sintió una nueva fuerza recorriéndola. Su potencial mágico había despertado, agudizando sus sentidos y dándole una mayor conciencia de la naturaleza que la rodeaba. Podía sentir las vibraciones del río cercano, oír los susurros de los animales a lo lejos y advertir cualquier peligro acechando con más intensidad que nunca.

—Rowen... Rowen —Ella gritó su nombre varias veces, su voz volviéndose más desesperada con cada llamada. Finalmente, se dio cuenta: Rowen se había ido, sin siquiera decir adiós.

La dolorosa comprensión de que el demonio la había manipulado y usado a su conveniencia, la golpeó con fuerza.

Su corazón se hizo trizas al saber que su entrega no había sido tan especial para él como lo fue para ella.

Seducida por un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora