Epílogo

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Pov Elizabeth:

National City
[Cuatro años y medio después]

Auch, Lio, sé más gentil —murmuré—Lori hazlo un poco más fuerte.

Lo siento tía Lizzie —respondieron al unísono y sonreí.

Está bien. Pero el que lo haga mejor, lo pondré en mi testamento.

¿Cuántos años tienes, setenta? —el menor me miró confundido.

Es muy grosero preguntarle la edad a una mujer —frunció el ceño.

¿Por qué?

¿Qué es un testamento? —la menor miró confundida al pequeño rubio junto a ella.

Es un documento en donde los moribundos dejan sus últimos deseos.

¿Estás moribunda, tía Elizabeth? —la pequeña pelinegra me miró fijamente.

Lo estoy, moriré pronto.

¡¿Qué?! —el grito de ambos fue demasiado fuerte.

Mentira, mentira, no moriré pronto, lo juro —ambos parecieron relajarse y volvieron a masajear mis pies.

¿Por qué mis hijos te masajean los pies? —la pelinegra me miraba fijamente mientras entraba a la sala.

Estos asistentes que me regalaste hace cuatro años, por fin están funcionando —señalé y la mayor rodó los ojos.

Niños, no le agarren los pies a su tía Elizabeth.

Pero mamá, la tía Lizzie me pondrá en su testamento porque está moribunda —respondió la menor y reí.

No digas moribunda y ¿A caso sabes cómo funciona un testamento? —cuestionó la pelinegra para la menor quien rápidamente negó

Pero a Lio le importa, significa que es bueno y a mi me importa más —respondió con firmeza y solté una carcajada.

Eres mala influencia para mis hijos —la mujer me señaló amenazante y sonreí.

¿Por qué? Me ha costado mucho criarlos, me costó mucho desde el día del parto.

¡Yo fui quien los dió a luz! —respondió indignada.

¡Pero yo estaba muy preocupada! Ni siquiera desayuné ese día.

Inicio del Flashback

National City
[Cuatro años antes]

Observé desde la altura al gran monstruo debajo peleando contra Nia y traté de analizar su punto débil.

Elizabeth —escuché la voz masculina a través del audifono en mi oído.

Ahora no Brainy, aún no acabamos aquí.

¡¿Elizabeth, quieres venir y ayúdame?! —gritó la castaña que era prácticamente aplastada por el gran monstruo rocoso.

Elizabeth —el hombre volvió a hablar.

Ahora no Brainy, ya cas-

Lena entró en labores de parto hace treinta minutos. Hubieron algunas complicaciones.

Mi corazón se detuvo.

Y como si de mi primera noche en la tierra se tratase, todos mis sentidos se encontraron saturados.

La Otra Luthor 2 || Elizabeth LuthorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora