En Marbella, archipiélago de Arce un cúmulo de islas que rodean la isla principal de Maui, lugar donde reside la ciudad de Cartago. La 8.ª y 12.ª compañía de la cohorte fénix yace apostada en los bastiones costeros que fungen como tercer anillo defensivo de la ciudad. En cuanto el centurión Miguel Ángel de la orden las fuerzas restantes de la octava y doceava compañía descenderán de la periferia del ascensor espacial Voyage para tomar posiciones en la isla de Maui.
Hernán Keigor acaba de reemplazar Jahiro como capitán de la octava, el antiguo capitán habría perecido en Valek Secundus durante la última etapa de la campaña por los mundos Neter. Fue una pérdida devastadora para la compañía, el liderazgo de Jahiro destacó notoriamente haciéndose de renombre en el asedio a Nucea donde a su llegada marcó un punto de inflexión a favor de los atacantes dando lugar a la pacificación del primer sistema en la campaña por los mundos Neter. Hernán Keigor es un gran capitán. Desea una nueva batalla que forje de nuevo a la compañía para que vuelva a ser lo que era y demostrarle a sus hermanos bajo su mando que es un sustituto digno de su apreciado Jahiro.
Lo cierto es que Hernán Keigor era discípulo de Jahiro y estuvo presente cuando este cayó presa de una emboscada, pese a sus intentos no pudo salvar la vida de su maestro. Frecuentemente se culpa por lo sucedido pero ve en su nuevo puesto la oportunidad de honrar la memoria de su maestro.
—Jamás había visto a alguien tan ansioso por entrar en combate— comenta Malek Aziz, capitán de la 12.ª compañía. —¿Y tu, Arkon?
—Tampoco señor— le responde el teniente Belcast Arkon
Camina para reunirse con Keigor en el puesto de mando Mao-IV corazón de las operaciones militares en el archipiélago es a su vez el puerto militar de la isla. Desde su posiciones se puede ver toda la línea costera, las aguas cristalinas golpeando las rocas y el va y ven de decenas de naves de transporte que surcan los cielos transportando los miembros del 189 de Amere y el 113 de Kalantis. Dispuestos en fila tras la seguridad de la valla perimetral de vislumbra la figura de los colosos, máquinas bípedas de 100 a 600 metros de altura componen el grueso de la fuerza blindada de la cohorte, yacen en fila y desactivados a la espera de ser llevados al interior de sus respectivos hangares donde descansarán hasta la próxima campaña.
Una columna de blindados, piezas de artillería y armamento antiaéreo remolcado pasa la autopista junto a ellos. Cazas interceptores sobrevuelan el archipiélago dejando tras de sí una estela blanquecina que adorna los cielos uniéndose con el crepúsculo vespertino en una armonía singular.
Hernán Keigor le sonríe, Malek Aziz es un veterano, un guerrero ya mayor.
Keigor es consciente de que Miguel Ángel le ha encargado a Malek que funja como mentor durante la transición de mando. Una compañía es una organización de 1000 hermanos y 1 ejército auxiliar (la 189 de Amere) nadie se puede poner al mando de algo así a la ligera.—Entiendo que nadie debe tener prisa por lanzarse a la guerra en especial cuando se vuelve de una campaña costosa, pero— Declara Hernán Keigor antes de ser interrumpido por Malek
—Deja de mezclar tus intereses personales con tu deber como capitán— responde Malek en un tono severo. —Tu compañía no se encuentra en su mejor momento, tienen dos tercios de su capacidad operativa, las bajas sufridas pese a ser reemplazadas parcialmente por los novatos de la reserva están lejos de alcanzar los números necesarios para emprender cualquier acción en gran escala. Dime, ¿por qué crees que se me ordeno traer a la totalidad de mis fuerzas a este archipiélago contigo?— agregó Malek.—Para apoyarnos complementando sus números con los nuestros— respondió Keigor
—Correcto, ¿me imagino que ya has leído a Eidon o me equivoco?
—Cientos de veces sus tácticas se adaptan magistralmente al estilo de combate de la octava— agrego Keigor
—Y me supongo que haz oído hablar del centurión Kalas Julius— comenta Malek
—Si, Creo que eh oído hablar de él— responde KeigorLos dos comienzan a reír, hasta Arkon frunce los labios para ocultar su sonrisa.
—Necesito proporcionar un objetivo a mis guerreros, una amenaza práctica como la que suponen los rebeldes algo que eleve la moral, no me la puedo pasar con discursos motivadores antes de que simplemente necesiten que yo les dirija en persona, habría sido diferente si tras la muerte de Jahiro hubiese tomado el mando durante el último año de la campaña por los mundos Neter.
Malek Aziz deja escapar un suspiro
—Te compadezco, aun recuerdo el día que acepte la vara de mando hace ya muchas décadas, después de la muerte de Gelgan, necesitaba urgentemente aquel combate para iniciar a mis muchachos, carajo lo necesitaba como no tienes una idea, necesitaba unirlos frente a mi contra un enemigo, que no se unieran frente a mi como si yo fuese un enemigo, sabes en principio ninguno de mis hermanos tenía fe en mi liderazgo, no los culpo el capitán Gelgan era un guerrero sin igual, de los últimos veteranos que lucharon en la cruzada blanca hace ya más de doscientos años, toda esa sabiduría, toda esa maestría táctica, no te miento me aterraba el no poder estar a su nivel e inconscientemente eso le transmitía a mis hermanos.Keigor hace un gesto de asentimiento
—¿No es así, Sargento?—Arkon duda un momento
—Es correcto, señor, la teoría es una cosa pero la práctica es completamente diferente, en tal situación pese a ser guerreros disciplinados entrenados para tomar decisiones lógicas solo en el fervor del combate junto a tus camaradas se puede formar un vínculo con el nuevo capitán. Les proporciona a todos una experiencia que pueden compartir.Por su puesto que en el caso de nuestro comandante Miguel Ángel jamás ha podido crear un lazo de unión con nosotros o de demostrar su valía.
Los tres se echan a reír a carcajadas
—Me impresiona la escala de esta movilización, simplemente con las labores logísticas del grupo Arrax y las flotas de escolta el tráfico en el sistema se ha visto sobrepasado.
—Me han dicho que pronto llegará el cónsul Casio Séptimo y con el la última parte del grupo de batalla Arrax y la totalidad de los grupos de batalla Corvus y Ravennatis.— exclamó Malek Aziz—Eso sin duda colapsara las labores logísticas del sistema.
—Vienen días muy ajetreados.
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La Batalla de Urex
Ciencia FicciónTres siglos han transcurrido desde el final de la "Noche Eterna" la humanidad vive una era dorada de descubrimientos y prosperidad sin precedentes, miles de mundos se extienden a lo largo y ancho de la Gran espiral a clamando las conquistas de viej...