A la bestia se adora, quien se parecerá y quien podrá lidiar con ella

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capitulo 1: encuentro

Era una noche lluviosa, mi cuerpo estaba débil, mis sentidos no servían del todo, mis heridas eran demasiado profundas y mi vista es demasiado borrosa. Si él no aparecía, morirá en ese preciso instante, gracias a él sigo con vida, sin él yo no sería nadie, o peor aun, muerta.

Desperté en una habitación demasiado limpia, un cuarto demasiado limpio para un maniático de la limpieza, un chico alto, de cabello castaño y unos lindos ojos color miel, entro a la habitación, con una taza de te.

- Dormiste bien? - pregunto con una voz tan cálida.

No podía hablar estaba tan débil, que las palabras no salían, alce la mirada para ver quien era pero, no podía ver su rostro, tenia puesto una mascarilla de enfermero, su piel era casi pálida, verlo de cercas era mas lindo.

- Estabas demasiado herida, tus cortes eran profundas, tenia la intención de llevarte al hospital pero pensé que no querrías eso, paresia que estuvieras escapando de alguien por eso te traje a mi casa y aun amigo curo tus heridas, me dio las indicaciones ah seguir, los alimentos que tienes que comer y....

- Hablas demasiado - respondí con un tono aun débil- Quien eres? y por que me ayudaste?.

- No soy de las personas que ayudan, pero verte en ese estado no me pareció, algo gusto.

- De todas maneras gracias me tengo que ir.

- Aguarda! no te puedes mover, tus heridas aun están frescas y corre el riesgo de que los hilos se rompan, por favor quédate asta que se curen del todo - sus ojos realmente mostraban preocupación.

- Esta bien me quedare, pero si intentas algo rara, nadie sabrá donde esta tu cuerpo, es un trato?- le amenace por que no confiaba en nadie, después de lo que paso, no volvería a hacerlo .

- Okey es un trato, te prometo que no are nada raro, lo único que me da desconfianza es si realmente hablas enserio lo del cuerpo- me dijo con preocupación, y un tono burlón.

- Eso ya no importa, tu quien eres?

- Oh perdona mis modales, soy Dereck, tengo 18, vivo solo y.... soy español.

- No pregunte si eras español o no, solo pregunte tu nombre y... que no eres demasiado chico como para vivir solo?

- Ah eso, es algo complicado de explicar. y tu....

- Soy zoe, 20 años.

- Un placer zoe - me dijo inclinándose ante mi, como si de una princesa se tratase - Me tendrás que disculpar, tengo que preparar algo de comer ya que perdiste mucha sangre y tienes que recuperar energía .

- Si esta bien, de todas maneras no tengo a donde ir.

Ese chico es demasiado lindo para ser sincera, me gustaba su cabello largo asta sus orejas, ondulado y castaño, me daba esa vibra de niño bueno, lo cual me irritaba, no soy alguien que le gusta estar con la gente que es hostigosa, mas si tienen cara de niño bueno. Después de un rato Dereck entra con una bandeja de comida y unas ¿flores?

- Bueno espero que esto te guste, un caldito de pollo, fruta picada y un jugo de betabel y zanahoria - me decía con un tono alegre.

- Odio el betabel, No lo quiero, mejor dame una pizza oh hamburguesa, no soy alguien que le guste las verduras licuadas - dije arrogante, pues jamas me gustaron esos jugos de verduras.

- Pues.... - decía mientras se aclaraba la garganta y fruncía el ceño - No estas en un restaurante señorita, no ay otra cosa y es lo que tienes que comer para recuperar tus fuerzas, ademas no gano lo suficiente como para mimarte.

- ¿Me estas mandando?

- Veras... ¡No! estas en tu casa, estas en la mía, así que, comes esto. ¿oh?, No comes nada, así de sencillo. - Su voz fue tan arrogante que me daban ganas de golpearlo.

- comeré , pero no por que tu lo digas, si no para recuperar mis fuerzas y darte una paliza. - dije mientras metía una cucharada de caldo a mi boca.- Pero no beberé ese maldito jugo de mierda.

- Esta bien, te are un agua de limón.

- Eso es mejor, que ese jugo de verduras.

- Bueno, te dejo, se me hace tarde para el trabajo.

- ¿Que no estudias?

- Es... algo complicado de explicar, nos vemos en la noche. Ah por cierto, en la nevera hay bastante comida saludable para ti, te cuidas.

En cuanto serraba la puerta, me guiñaba un ojo, como si quisiera coquetear. hag eso era demasiado cursi, en cuanto la rosa, la tire en el bote de basura que tenia a mi lado.
Cuando escuche que cerró la puerta de la casa, hice mi mayor esfuerzo en sentarme, aun me dolía el cuerpo, quería ver mis heridas por suerte había un ropero con un espejo grande.
Intente levantarme, con dificultad lo logre, daba un paso lento para no caer, me era difícil caminar, di un paso en falso que hizo caerme me dolió mucho pero aun así decidí levantarme.
En cuanto me acerque al espejo, me quite la camisa, me mire y los recuerdo empezaron a invadir mi mente.

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⏰ Última actualización: Nov 14 ⏰

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