¿Por qué me hablas?

20 3 1
                                    

Me encontraba en mi lugar "favorito" de todos los días, el que se ganaba mi presencia y dedicación todas las semanas, meses y años... Claramente, el lugar preferido de todos menos el mío, una mierda.

Todos los días pensaba seriamente en preferir una mierda de asilo y servirles puré a los ancianos y alimentarlos, antes de seguir estancado como agua en un pozo en ese parque de diversiones.

Me encontraba, como siempre, repitiendo mi rutina diaria; la limpieza del sitio. Era el único conserje infeliz.

Para ser honesto, me halagaba ser el único encargado.

Desde la distancia, veía a los demás como un halcón acechando a la liebre, solo con una "minúscula" diferencia, de que lo hacía para sentir que no desperdiciaba mi vida, me hacía saber que los demás estaban contentos con la higiene del lugar, gracias al único y  cascarrabias conserje del sitio... Ash.

Después de hacer mi reflexión diaria, conté hasta tres para relajarme y dejar de divagar en mi mente, para seguir con mis deberes de chachita explotada.

Concentrado y calmado, ya que mi "radar para idiotas" -cuyo deporte favorito suyo es ver quién tira más basura al piso- no detectaba ninguno cerca, me mantuve sereno.

Sin embargo, esa calma se vio tristemente interrumpida al escuchar gritos lejanos.

Me carraspeé de malas. ¿Quién armaba tanto escándalo? Pensé que sería la "atleta" que lo que tiene de atleta, lo tiene de marrana, pero no. Era otra groupie empedernida, siempre detrás de aquellos brawlers pidiendo autógrafos y más mierdas ¿Y yo qué sabía de ella? Nada, salvo que era una incansable.

Hey no me juzgues, ¿qué miras? Claramente, no tengo ni una pizca de envidia -Si, si... ¡Y yo soy el Rey!- Esa fanática anda pidiendo autógrafos hasta a un jodido cactus, y a mí, no.

Estaba molesto, incluso conmigo mismo.
¿Por qué a todos si y a mí no?


No tengo tiempo para carcomerme la mente pensando si alguien quiere un autógrafo mío.

Al fin y al cabo, "solo limpio."

Hasta de pronto, mis ojitos pispiretos logran captar una silueta a la lejanía...

Abruptamente noto que la señorita obsesionada con medio mundo... Colette, se aproxima bruscamente a mí. Me encontraba de espaldas y me torno para verla de frente con curiosidad y cierta confusión, ya que no venía por querer pasar como Pedro por su casa, sino, para hablar conmigo.

Antes de que yo pudiera decir alguna milésima de sílaba, ella interrumpió con esa voz chillona y fuerte:

– HEY~ ¡¿PUEDO TENER TU AUTÓGRAFO?!–

Se veía con un resplandeciente entusiasmo y energía, como de costumbre, mientras me abría su diario enfrente mío, en todo lo que se hace llamar cara, veía la hoja en blanco, ella señalando ansiosa el espacio para que firmara.

Mi mente se quedó en pausa.

¿Y está loca? Perfecto... Calma, Ash, esto es jodidamente raro para un conformista como tú ¿Por qué me pediría eso? Ya sé que antes me di un sermón sobre por qué a mí no... y toda esa mierda. Pero joder, esto es tan... repentino.

¿Me lo merezco?  ¿Por qué lo hace?

. . .

Me quedé incómodo y en shock, observándola para saber por qué cojones le pedía eso a un don nadie como yo. Con nervios e incredulidad, le pregunté:

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 12 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tr-ash Men.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora