Prólogo

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Hola, este es mi primer Fanfic. Empieza en el momento en el que Colin acusa a Penelope de atraparle en un matrimonio en esta temporada 3 de Bridgerton. Penelope sale corriendo y tiene un accidente que le hace perder la memoria, por lo que nada tiene que ver con la serie actual.

Esta EN CURSO pero subiré por lo menos un capítulo a la  semana. YA ESTA ACABADA, ASÍ QUE NO LES DEJARE A MEDIAS

Espero que les guste, me lean y comenten. Dejen sus like 🥰🥰🥰🥰

Penelope Featherington había vivido toda su vida en los márgenes, relegada al papel de la amiga leal, de la joven invisible que nadie realmente notaba. En las fiestas, la gente apenas reparaba en su presencia, sus pensamientos no parecían importar, y sus sentimientos quedaban enterrados bajo el peso de las expectativas de la sociedad. Incluso con Colin Bridgerton, el hombre al que había amado en silencio durante años, había aprendido a mantenerse al margen, a ser la confidente sin esperar nada a cambio. Pero una parte de ella siempre había guardado la esperanza de que él, algún día, pudiera mirarla de verdad.

Ese deseo, sin embargo, había sido destruido en una fiesta el año anterior. Esa noche, escondida detrás de una columna, escuchó una conversación que partió su corazón en pedazos. Colin, riendo junto a sus amigos, había dicho con despreocupación: "¿Cortejar a Penelope Featherington? Ni en mis más salvajes fantasías."

La risa de sus amigos había llenado la sala, y Penelope, atrapada en el rincón de aquella fiesta, había sentido cómo su pecho se oprimía y sus sueños se desmoronaban. Desde entonces, aquellas palabras nunca la habían abandonado, incluso cuando Colin, con el tiempo, comenzó a mirarla de forma diferente. Incluso cuando le confesó sus sentimientos, cuando le propuso matrimonio y le aseguró que ella era la única para él, Penelope no podía evitar recordar aquella risa burlona, ese tono de desprecio.

¿Cómo podía creer en su amor ahora, cuando aquella frase aún resonaba en su mente? ¿Cómo podía confiar en él si un solo recuerdo era capaz de devolverla a ese lugar oscuro de dudas y miedo? A veces, por las noches, se repetía que quizá Colin la quería ahora, pero ¿cuánto duraría? ¿Cuánto tardaría en darse cuenta de que solo había sido un error, una fantasía pasajera? Las palabras de aquella fiesta se habían convertido en un eco persistente que no podía ignorar.

Y entonces, cuando Colin descubrió su identidad como Lady Whistledown, su mundo colapsó por completo. Él, la única persona a la que había amado de verdad, la miraba con una mezcla de furia y desilusión que la desgarraba. Ella había esperado que Colin fuera capaz de ver más allá de su papel de cronista secreta, de entender sus razones. Pero él solo veía una traición.

-¿Todo este tiempo? -murmuró Colin, incrédulo, su mirada fija en ella-. ¿Todo este tiempo estuviste jugando con todos nosotros?

Penelope sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies. La voz de Colin, cargada de decepción, perforaba su corazón, y los recuerdos de aquella fiesta se mezclaban con el presente. En sus ojos, veía la sombra de aquel desprecio, como si todo lo que ella era no fuera más que una mentira.

-No era un juego, Colin -respondió con una voz temblorosa-. No quise lastimarlos. Solo... necesitaba sentir que mis palabras valían algo. Que alguien las escuchaba. Ni tú ni Eloise jamás me escuchaban realmente. Nunca...

-¿Crees que eso justifica tus mentiras? -le interrumpió él, la voz llena de dolor y rabia-. ¿Qué hay de esos momentos que compartimos? ¿Los usaste también para manipularme? ¿Para atraparme en un matrimonio?

La acusación la golpeó como una bofetada. Ella respiró hondo, intentando contener el temblor de sus manos. Sabía que, a sus ojos, su amor parecía una manipulación. Pero no podía permitir que él pensara eso. No podía permitir que creyera que esos momentos juntos, esos instantes en los que sintió que Colin realmente la veía, habían sido una mentira.

-No, Colin. No fue para atraparte en un matrimonio ni para manipularte -dijo con toda la sinceridad que podía reunir-. Lo que vivimos en el carruaje, en esa casa que iba a ser nuestra... todo eso fue real para mí. Te amo, Colin, y esos momentos fueron los más hermosos de mi vida. Pero entiendo que para ti quizás no signifiquen lo mismo.

Colin la miró, y por un instante, algo en su expresión pareció suavizarse. Pero rápidamente, su rostro volvió a endurecerse.

-¿Cómo puedo creer en tu amor cuando has estado ocultando esto todo el tiempo? -le preguntó, su voz casi quebrada-. Es difícil confiar cuando me has mantenido en la oscuridad.

El corazón de Penelope se rompió. Su amor por él era sincero, pero ¿cómo podía convencerlo si ni siquiera ella terminaba de creer en ese amor? Las palabras de aquel baile seguían siendo un recordatorio cruel de que, en el fondo, ella siempre sería la chica invisible, la que no merecía ser cortejada ni amada.

-Lo siento, Colin -susurró, sus ojos llenos de lágrimas-. Lo siento tanto. Pero ¿alguna vez pensaste cómo se siente vivir sabiendo que ni en tus más salvajes fantasías me considerabas? Que mi amor nunca sería suficiente para ti...

Sin esperar una respuesta, Penelope se dio la vuelta, dejando a Colin atrás. Y en ese momento, comprendió que su secreto no era lo único que había perdido. Había perdido la posibilidad de ser escuchada, de ser vista, incluso por la persona que más había amado.

El accidente que me olvidóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora