2ª. Blanco rojo 1.
El blanco rojo 1 corría por el bosque, los seguían los perros, debía escapar de esos animales… y de los dueños de esos perros. No había dormido en dos días, tampoco comido, y menos bebidos.
Fue entonces cuando los atacó el primer perro, y la presa movida por el hambre y la sed le pegó un mordisco al cuello al animal. Fue un mordico a la yugular. Blanco rojo 1 bebió la sangre del animal, se alimentó de ella. Y con las manos abrió al animal en canal, empezó a comer los intestinos del animal.
Los demás perros huyeron, la que consideraron su presa se había convertido en un animal, que los devoraría. Como haría con sus dueños.
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Había pagado mucho dinero, la presa, un hombre al que habían llamado bllanco rojo 1, huía. No era el primero que cazaría, tampoco sería el ultimo, estaba en la posición económica para hacerlo, era un cazador, los pobres eran presa, él y otros como él pagaban y elegían la presa.
La de esta noche era además un rival en el amor, lo mataría y ella sería suya. Lo aceptaría de buen grado.. o a la fuerza. Y cuando se cansara de ella buscaría a otra mujer, y si tenía pareja, pues bien sería fácil deshacerse de ella, como ya había hecho con anterioridad, como haría esta noche.
Oyó un ruido y se giró y delante suyo lo vio, la presa, estaba a tiro. Se dispuso a disparar, y lo miró a los ojos y, retrocedo eso ya no era humano, eso era….
No tuvo tiempo a disparar, esa cosa cayó sobre él, lo ultimo que vio fue la luna, volviéndose roja, roja debido a la sangre que manaba de su cabeza.
Esa noche los cazadores fueron cazados, por su presa, ninguno de ellos volvió a ser visto.
Cazó una a uno a sus supuestos cazadores, su instinto animal desbocado le pedía presas, como esas que lo intentaron cazar no tenía bastante, tenía hambre, tenía sed. Miró al cielo, vio la luna, luna llena. La herencia familiar, la herencia de ser un animal, encerrado en un cuerpo humano.
Olió el aire, cerca había una ciudad, una pequeña ciudad, llena de humanos, y de animales, todos ellos comida.
No debían haber despertado al animal que guardaba en su interior, ellos lo obligaron a convertirse en su verdadero ser, ahora que este tenía libertad, no lo podía volver a dormir hasta que se saciara, y en esa pequeña y tranquila ciudad, comería.
Aunque movido por sus instintos se movió con cautela, los humanos no eran tontos, una vez atacase lo buscarían, y lo intentarían cazar. Tampoco debía alimentarse hasta saciar. Debería huir antes del amanecer, cuando saliese el sol debía estar lejos. Porque cuando saliese el sol volvería a ser el insípido y débil humano de cada día.
Sólo podía volverse animal cuando de diesen dos condiciones, la luna llena o que estuviese asustado y perseguido. Pocas veces se había transformado por estar amenazado, pero cuando había luna llena huía a un bosque, a las montañas. No quería ser cazado en su ciudad.
Vio como un grupo de personas se reunían, en una plaza, sus instintos amplificados le dijeron que eran los únicos habitantes de esa ciudad. Que esa ciudad era sólo un decorado, que sólo unos edificios estaban habitados, los otros eran almacenes.
-El jefe y sus amigos han llevado a otra presa a cazar, debemos esperar que regresen- ese ser oyó ese comentario, a pesar de ser casi un animal, mantenía el bastante raciocinio para saber que esos humanos hablaban de la gente que intentó cazarlo- cuando bajen de las montañas haremos fiesta, con bebida, comida. Deberemos deshacernos del cuerpo de ese hombre, como hemos hecho con otros.
-El camión con las mujeres llega tarde, si no llegan a tiempo, el jefe se enfadará, seremos los próximos en subir a las montañas.
-Espero que las mujeres les gusten al jefe, las últimas no les gustaron, y mató a quien no las proveyó.
Ese ser no se sentía un héroe, pero mataría a esas personas, no lo haría por librar al mundo de esa escoria, si no por que ahora sabía que esas personas contribuyeron en su secuestro.
Vio cono esas personas se separaban, y siguió a la que parecía el jefe de ese grupo. Ese hombre sacó el teléfono y llamó a alguien.
-Llegáis tarde, si cuando llegue el jefe no estáis con la mujeres, nos matará a los dos-ese hombre hablaba con quien llevaba a las mujeres, seguramente en un camión.
El hombre colgó el teléfono y se dirigió a un supuesto edificio de apartamentos y entró, realmente ese edificio era un almacén, allí encerraría a las mujeres, todas ellas muy jóvenes, estudiantes universitarias. Serían probadas por el jefe y sus amigos, y después vendidas a burdeles o al extranjero.
Ese hombre rió, con ese grupo de mujeres y otros negocios se llevarían un buen pellizco. Nadie descubriría nada, el jefe era un famoso y prestigioso empresario. Nadie dudaría de él
Se acercó a la pared y vio la foto de la última presa de su jefe. Un rival, en el amor, la novia de ese ya muerto había despertado la curiosidad de su jefe. No quería secuestrarla, quería conquistarla, quería una novia, no una esclava. Pero esa mujer tenía novio, y debía deshacerse de él. Cuando el jefe se cansara de ella… debajo de la cafetería había un cementerio secreto, allí descansaría esa mujer, al lado de las anteriores mujeres del jefe
A los hombres se los enterraba en otro sitio, en el foso que había en la mina abandonada. Y pensó en la ultima presa. A cada presa se le ponía un nombre absurdo y a ese se le llamó blanco rojo 1. Ahora ese hombre ya estaría muerto y su jefe tendría el camino libre con ese mujer.
Oyó un ruido y se giró, y lo que vio le congeló la sangre en las venas. Se quedó paralizado. Intentó gritar, pero el miedo que sentía no le dejó ni dejar escapar un sonido.
Ese monstruo lo cogió por el cuello y lo rompió, el hombre-lobo mordió al hombre en el cuello y escupió, sabía mal, ese humano estaba corrupto, sabía a drogas y alcohol. Buscarìa a otras víctimas con mejor sabor. Y empezó su cacería.
Horas después había acabado con el último humano, y tenía hambre y sed. Todos los humanos de ese lugar sabían fatal, su carnes y sangres estaban corruptas. Esperaría que llegase el camión y devoraría al camionero y a las mujeres secuestradas.
El hombre- lobo esperó durante horas, y nadie llegó. Al final huyó de ese simulacro de ciudad al amanecer, cuando ya era un anodino humano, con ropa que robó.
Se alejó de ese lugar, camino durante días alejándose de los pueblos cercanos a la falsa ciudad.
Llegó a su ciudad de residencia una semana después, y volvió a su vida cotidiana. Nunca supo que el camión que esperaba tuvo un accidente, no supo que se ocultó ese accidente al público, ni tampoco se informó de la muerte de sus secuestradores.
Entró en su apartamento y su novia se acercó y lo besó
-¿Dónde has estado? Ha habido luna llena.
Él la miró, y le contestó.
-De cacería.
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Cuentos de luz y oscuridad
AcakRelatos cortos de mi autora sin relación entre ellos. Los personajes son creados por mi, tengo todos los derechos