a little problem ✶ chapter O2

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Ya había pasado una semana desde aquel suceso, y Helen aún intentaba no pensar demasiado en lo ocurrido. Con lo poco que quedaba de sus vacaciones, se esforzaba por despejar su mente, buscando cualquier distracción posible.

Estuvo haciendo paseos, donde solo llevaba consigo una pequeña cámara que había encontrado en uno de los cajones viejos de su abuela, escondida entre recuerdos antiguos. Capturaba lo que sus ojos encontraban interesante: hojas caídas en el suelo, el reflejo del sol en los charcos, o las sombras alargadas de los árboles al atardecer.

Ahora se encontraba saliendo del apartamento con el saco de basura en la mano. Al acercarse al contenedor, se detuvo al escuchar la conversación de un chico con abrigo rojo y un hombre que estaban al lado de ella.

━Me pregunto si usted también tiene problemas con el agua, porque nuestro fregadero... ━dijo el chico, haciendo una breve pausa al ver en qué bote de basura el hombre colocaba sus desechos━. Las botellas van en el azul...

━Escucha, Menudo, la tubería no funciona, el surtidor está lleno de orina y, lo mejor de todo aquí, es que no tengo que hablar con nadie. Así que fue un gusto ━fue lo último que dijo el hombre antes de irse, haciendo que Helen levantara las cejas mientras intentaba no reírse.

━Que tenga buen día... ¿él siempre es así? ━preguntó el chico a Helen.

━Para serte sincera, no llevo mucho tiempo aquí, pero por lo que he visto, supongo que sí ━Helen soltó un suspiro y se quedó mirando al chico, dándole una sonrisa genuina━. Soy Helen.

━Miguel Díaz, es un placer ━respondió él, devolviéndole la sonrisa━. Yo también me acabo de mudar aquí.

━El gusto es mío ━dijo Helen, sonriendo y bajando un poco la mirada, aunque sus ojos brillaban ligeramente━. Es bueno hacer algún amigo aquí. Todo este lugar está lleno de viejos amargados.

El chico solo rió, y ella le devolvió una sonrisa genuina. Le pareció un chico amable, y pensó que no sería tan malo al menos tener un amigo en ese lugar.


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Los días pasaron rápidamente, y antes de que pudiera procesarlo del todo, llegó el primer día de Helen en su nueva escuela. Evelyn, había insistido en llevarla, y aunque Helen no estaba precisamente entusiasmada con la idea, no protestó.

Había algo que la tranquilizaba un poco: no estaría sola. Miguel, también asistiría. Durante sus pequeños paseos, él había sido su compañía frecuente.

Hace unos días, Miguel le había comentado a Helen acerca de unas clases de karate junto al hombre del apartamento de aquella vez. Esto hizo que la chica se riera un poco, ya que no se imaginaba a ese señor enseñando karate. Le parecía un poco absurdo, aunque amaba las películas de artes marciales; nunca se imaginaba a sí misma entrenando.

━━ ♱ ❲ 𝕽.𝐄𝐒𝐈𝐋𝐈𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 .ᐟ.ᐟ ❳ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora