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(+18)

Por más que lo pide no se detuvo. le hacen temblar las piernas, le dicen cosas sucias al oído, lo llaman perra y ninguna de esas cosas le molesta. al contrario, lo hacen mojarse. y ellos parecen saberlo, porque tampoco tienen intenciones de detenerse.

─ Eso es ─ el gemelo que está detrás suyo lo felicita, con dos dedos enterrados en su ano mientras el otro tiene la misma cantidad enterrada en su coño rosado. moviéndose al mismo tiempo y con la misma rapidez, abriendo y preparando sus agujeros para lo que viene a continuación.

Son incubos y Felix lo sabe muy bien, su madre cristiana le ha enseñado de toda clase de entidades demoníacas para tenerlo preparado. Por eso trató de luchar al principio cuando aparecieron dos presencias raras en su cuarto, idénticos en todo, menos en los lunares, uno tiene debajo del labio inferior y el otro tiene debajo de su ojo izquierdo.

Pero luego, cuando fue inmovilizado y desnudo en su propio suelo, supo que no había ninguna escapada. Aún así, cada tanto pide ser dejado en paz.

Suelta un leve quejido cuando los dedos del que se hace llamar Hyunjin salen bruscamente de su interior. Se agacha entre sus piernas y su lengua sale a saludar a su coño, lamiendo entre sus labios mayores y menores para finalmente pasar su lengua por su entrada.

Gime sentado entre las piernas del que se hace llamar Sam mientras este mismo apoya su espalda en el borde de la cama. Este ralentiza los movimientos de su mano haciendo que Felix se concentre más en la lengua que recorre su coño.

─ L-Les daré lo-lo que sea, pero... ¡n-no, ah! ─ se interrumpe con su propio gemido.

Hyunjin usa su lengua para abusar el clítoris del pobre Felix quien no puede parar de gemir por más que maltrate su labio inferior con sus dientes en un intento de callarse.

Arquea su espalda por unos momentos antes de volver a apoyarla en el pecho de Sam, buscando soporte de una u otra manera.

─ Buena puta con buen sabor.─ Dice brevemente Hyunjin antes de volver a trabajar en el coño de Felix.

Los dedos de Sam son reemplazados por los de Hyunjin, dando directo a su próstata, llegando más profundo debido a la posición directa que le permite deslizarse dentro y fuera más fácil que a Sam. Gime sin parar casi quedándose sin aliento. Baja su mirada y encuentra la de Hyunjin. Intensa, de color avellanado y algo alargada, y puede sentir como sonríe contra su intimidad.

Igual de atractivo que su hermano gemelo.

Sam toma sus muslos y separa aún más sus piernas a su vez que las lleva hacia arriba, hasta que la planta de sus pies se apoyan en los hombros de Hyunjin. Apoya su cabeza en el hombro de Sam mientras prácticamente lloriquea del placer, con sus caderas impulsándose cada vez más hacia la boca experta de Hyunjin.

Está buscando algo que no sabe qué es, lo que lo hace sentir culpable por buscarlo. Está yendo totalmente en contra de sus principios solo por un poco de placer y se siente tan mal pero tan bien al mismo tiempo.