DISEÑADORA DE MODAS || FREENBECKY (G!P)

5. Quiero algo a cambio

🐰FREEN🐰

Era temprano en la mañana y estaba acostada boca arriba, mirando el techo mientras las palabras de Becky resonaban en mi mente. La noche había sido larga; no logré dormir después de la tontería que había dicho delante de Paxton.

¿Cómo había terminado en esa situación?

Flashback

—¿Freen, qué estás haciendo aquí? —preguntó Paxton, mirándome con una mezcla de curiosidad y confusión. Me quedé en silencio, sin saber cómo explicarme.

—Estábamos hablando de ti, amigo —dijo Becky de repente. La miré con los ojos abiertos, sintiendo una mezcla de sorpresa e indignación.

¿Cómo podía atreverse a decirle eso?

La mato.

—¿Sobre mí? —preguntó Paxton, claramente desconcertado—. ¿Qué sucede?

—Nada, Paxton. Solo le estaba diciendo a Becky que te saludara de mi parte, ya sabes... y entonces tú apareciste —respondí, tratando de sonar natural, aunque notaba el nerviosismo en mi voz.

—Así no fue —dijo Becky con una sonrisa maliciosa.

—Sí, así fue —le contesté, fulminándola con la mirada, esperando que entendiera el mensaje.

—¿Y de qué hablaban? Las vi como si estuvieran discutiendo —insistió Paxton.

—Tu amiga no quiere retirar la demanda —dije, mirando a Becky con enojo y esperando que Paxton entendiera mi frustración.

—Bueno, al menos lo intentaste, pequeña —respondió él, sonriendo con ternura.

—No supo convencerme —añadió Becky, con esa sonrisa burlona que tanto me irritaba, antes de subir a su auto.

—Eres una mujer muy grosera, no te soporto —le grité, sin importarme si Paxton me escuchaba o no. Becky arrancó su auto sin ni siquiera responderme, dejando a Paxton a mi lado, conteniendo la risa.

Esa idiota.

Fin del flashback

Me levanté de la cama con el corazón acelerado, la frustración me consumía. No podía dejar que Becky se saliera con la suya, esa maldita demanda debía desaparecer, sin importar lo que tuviera que hacer.

Me vestí rápidamente, eligiendo unos pantalones ajustados y una blusa simple. Mi mente estaba tan centrada en lo que tenía que hacer que apenas noté lo que llevaba puesto. Tomé mi bolso con rapidez y, antes de salir de mi habitación, me miré al espejo.

Bajé las escaleras y encontré a mi madre en la cocina, sirviendo café.

— Mamá, buenos días. ¿Has visto a Nina? — le pregunté.

— Está afuera, cariño. — me respondió sin levantar la vista.

Salí de la casa y la vi. Nina estaba con una de sus amigas, conversando tranquilamente, como si no hubiera nada importante por suceder.

— Nina, ven aquí. — La llamé con voz firme, sin dar pie a objeciones.

Ella se acercó rápidamente, notando la seriedad en mi tono.

— ¿Qué pasa, hermana? — preguntó, mirando a su amiga como buscando una respuesta.

— Tú y tu amiga me van a acompañar a ver a la mujer que me puso la demanda. — Las miré fijamente, sin dejar espacio para discusión.