9. ¿Quién Va Ganando?

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Viena

Cuando llego al piso donde está mi oficina, noto una inusual soledad que impregna el aire. Los pasillos están más vacíos de lo normal, un silencio inquietante flota en el ambiente, pero decido no darle demasiada importancia y continúo mi camino.

—Qué bueno que llegas —dice Patrick en cuanto me ve aparecer.

—No tengo mucho tiempo, así que sé breve.

—Si sigues llegando a las diez de la mañana… —su tono, entre burlón y mordaz, me irrita.

—Cállate, Patrick —le respondo, arqueando una ceja con impaciencia.

Él se ríe, en parte con sarcasmo, en parte con resignación.

—No lo harán, Viena. Solo quieren verte sufrir, y harán todo lo necesario para mantenerte aquí atrapada, ¿Crees que Temo con lo inepto qué es seria capaz de sacarte de aquí?

—No quiero averiguarlo, Patrick de verdad ¿A qué quieres llegar con esta conversación?

—Está tratando de conseguir mas poder del que ya tiene Viena, estamos claros de qué te necesita aquí, pero tarde o temprano va a adquirir todo lo que poseemos.

—Vaya novedad, ni siquiera lo había notado.

—Ya déjalo, Viena, suéltalo todo de una vez.

—Patrick, si no te has dado cuenta, eso es exactamente lo que estoy intentando. Pero suenas como un maldito psicópata frustrado, Al fin y al cabo Temo es tan dueño cómo lo soy yo y tú solo trabajas para Abel, no te vendría bien poner tantas fuerzas en esto mejor dedícate a tu familia qué sí te necesita. Ahora, ¿A qué has venido? —le espeto con firmeza, esperando que se dé prisa en su asunto y se marche.

—Tu papá me pidió que te entregara esto personalmente —dice, sacando un pequeño paquete de papeles de su maletín. Los toma con cuidado y me los tiende.

Tomo los documentos sin demasiadas ceremonias y asiento con una expresión que él comprende de inmediato.

—Perfecto, ya te puedes marchar.

Patrick suelta una carcajada irónica.

—Temo parece estar ganando... haz algo —dice, antes de darse media vuelta y desaparecer por el pasillo. Decido ignorar su comentario, enfoco mi atención en los papeles y comienzo a firmarlos con rapidez. Apenas unos minutos después, el sonido de unos golpes en la puerta me interrumpe.

—Adelante.

—Buenos días —dice mi secretaria al entrar.

—Buenos días. Te pedí que no vinieras hoy, ¿no?

—Sí, pero esta mañana me indicó que viniera a las once.

—¿Lo hice?

—Sí, así fue.

Respiro hondo, tratando de recordar.

—Bueno, no haremos mucho hoy, pero quiero que lleves estos documentos a Temo. Son del banco y necesitan su firma, Abel y Camila requieren mi presencia en una reunión con la familia de Camila puedes porfavor seleccionar un presente para ellos, elige algo sin pretensiones, pero que cueste lo suficiente para dejar una buena impresión.

—Claro. ¿Necesita algo más?

—Mi almuerzo, lo mismo de siempre.

—Perfecto, con su permiso —responde con una leve inclinación. Asiento, y ella sale de la oficina. Vuelvo a enfocarme en mis tareas hasta que llega la hora de almorzar.

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⏰ Última actualización: Nov 15 ⏰

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