2. Miedo al error

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Después de nuestra primera conversación en la escuela, mi corazón comenzó a latir con una intensidad que nunca antes había conocido. Cada vez que te veía en los pasillos, sentía una mezcla de emoción y nerviosismo. Era como si mi vida se hubiera convertido en una pintura de van Gogh, llena de colores vibrantes y emociones intensas.

Recuerdo cómo cada pequeño encuentro contigo añadía una nueva pincelada de color a mi vida. Van Gogh decía que “el arte es el oxígeno que respiras, la pasión que te hace vivir”, y eso es lo que sentía cada vez que te veía. Pero junto con ese entusiasmo, también sentía un miedo profundo. Un miedo a que mis sentimientos no fueran correspondidos, a que al confesarte mi amor, pudiera perder lo que ya teníamos.

Cada día, luchaba con el deseo de decirte lo que sentía y el temor a ser rechazada. Y aunque sentía este amor con toda mi alma, el miedo me mantenía en silencio. No quería arriesgarme a perder tu amistad, a cambiar la dinámica que teníamos.

"No sé porque, pero ver las estrellas me hace soñar", Había noches en las que me quedaba despierta, imaginando cómo sería si te confesara mis sentimientos. Pensaba en tus posibles reacciones, en cómo podría cambiar todo. Pero siempre había una sombra de duda, una voz en mi cabeza que me decía que era mejor mantener mis sentimientos en secreto.

Y así ha sido mi amor por ti: constante, inmutable, a pesar de los cambios y las circunstancias. Aunque no podía decirte lo que sentía, mi amor por ti seguía creciendo, llenando mi vida de colores y emociones que nunca antes había experimentado.

Espero que algún día puedas entender lo difícil que ha sido para mí mantener este secreto. Y aunque no sé cómo responderás a esta confesión, quiero que sepas que mi amor por ti ha sido una de las cosas más hermosas y significativas de mi vida.

Tan bonito como los cielos de Van Gogh Donde viven las historias. Descúbrelo ahora