El inicio de un nuevo año escolar siempre trae consigo una mezcla de emociones: la emoción de lo nuevo, la nostalgia de lo pasado y, en mi caso, una renovada esperanza de finalmente confesarte mis sentimientos. Había pasado las vacaciones pensando en ti, en cómo podría reunir el valor para decirte lo que sentía, así como un pintor planea arriesgarse con los colores. Me repetía a mí misma las palabras de van Gogh: “El gran objetivo de la vida es sentir” y estaba decidida a seguir ese consejo.
El primer día de clases, te vi en el pasillo, y mi corazón latió con fuerza. Estabas hablando con los muchachos, poniéndote al día y brillando como solo tú lo hacías y cuando me acerqué, vi que la conversación era sobre una chica. Al principio, no pensé mucho en ello, pero pronto me di cuenta de que había algo más entre ustedes. Mis peores temores se confirmaron cuando supe que ella era tu novia. Habías conseguido un nuevo lienzo, habías empezado una pintura...
Sentí que el mundo se desmoronaba a mi alrededor. Todo el color que habías traído a mi vida se desvaneció en un instante tras opacar su brillo. Van Gogh decía que “el amor es algo eterno; el aspecto puede cambiar, pero no la esencia”. Y aunque mi amor por ti seguía siendo fuerte, supe que debía dejarte ir. No podía seguir aferrándome a un amor que nunca podría ser correspondido.
Decidí que era hora de olvidarte y seguir adelante con mi vida. Fue entonces cuando me abrí a alguien más. Buscaba en los demás la oportunidad de amar y ser amada. Al principio, pensé que podría enamorarme de él, me gustaba mucho, era agradable y atractivo a decir verdad, pensé que podría llenar el vacío que habías dejado. Pero pronto me di cuenta de que cada lienzo estará programado para un pintor y con ello para una gran pintura, estaba tratando de forzar algo que no era real, ni para él ni para mi, una pintura que no fluía a pesar de querernos mucho, ambos eramos artes diferentes. La relación no funcionó, porque él ya tenía una pintura que le gustaba mucho y me temo que esa no era yo, a pesar de lo mucho que llegué a quererlo, nunca sería como a ti y me encontré de nuevo sola, con el corazón roto y mi lienzo en blanco. Recogí mis pinturas, mis pinceles, tome mis bocetos y me fuí..
“El color en un cuadro es como el entusiasmo en la vida”. Y aunque intenté encontrar ese entusiasmo en otras personas, me di cuenta de que no podía forzar los sentimientos. El amor verdadero no se puede fingir ni forzar. Debe fluir, como un pincel sobre el lienzo, como el lápiz en el papel, como Van Gogh al ver algo que encontraba digno de admiración y lo inmortalizaba en una pintura.
A pesar de todo, aprendí mucho de esa experiencia. Aprendí que el amor no siempre es fácil, que a veces duele, pero también que es una parte esencial de la vida. Y aunque mi amor por ti no podía ser correspondido, me ayudó a crecer y a entender mejor lo que realmente significa amar. Me enseñó a que a veces el arte debe posponerse hasta esperar al momento indicado, incluso aprendí que algunas obras deben esperar mucho tiempo, para ser sacadas a la luz. "Las estrellas necesitan de la noche para brillar" decía Van Gogh, en este momento la estrella era yo.
También asocié está experiencia con otra frase de Van Gogh que dice "Tal vez soy pintor para personas que aún no han nacido" tal vez si estaba en mi destino estar a tu lado y solo no era el momento, o al menos eso me gustaba pensar.
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Tan bonito como los cielos de Van Gogh
RomanceTu me enseñaste a amar, le diste forma a mi boceto y colores a mi lienzo, tu me enseñaste a ver la belleza en las cosas, a apreciar los pequeños momentos... Espero que estás cartas, te expresen con un fragmento de mi alma, la magia que hiciste en mi...