Narradora:
Al llegar a esa casa pequeña (pero acogedora),se sentaron en ese sofá con la ropa seca y ella les secó el pelo con su secador,les sirvió pastas caseras (las cuales se devoraron en un pis pas)y les puso mantas encima para que no tuvieran frío.No sin antes poner la calefacción
Narra gwi nam:
Una vez que me acomodé en ese sofá,estaba por explicarle que no éramos lo que ella creía,cuando se nos adelantó y nos dio a todos unos pocos billetes,diciéndonos que era nuestra paga de esta semana por ir a verla.
Narra gwi nam:
Y al ver la pasta le di las gracias y al ver que no nos quedaban pastas caseras (que por cierto,estaban muy buenas)nos dijo que iría a buscar más.Dejándoles solos en el salón
Narradora:
Aún así el hambie no tardó en decir esto.Gwi nam- que maja es esta mujer,nos da refugio en su casa y encima nos da de comer
Woo jin- si todo eso es muy amable de su parte,pero ella nos ha confundido con sus familiares
Gyeong- bueno la señora esta un poco senil,pero nada que no sea extraño de una mujer de su edadNarradora:
Y al mirar más detenidamente el salón,vieron que en un armario (de esos con las puertas de cristal)había una colección completa de cuchillos eléctricos y cuchillos de esos que se usan para sacar el jamón de las patas de cerdo.
Narradora:
También vieron un cuadro en donde aparecía la señora con algunos muchachos,algunos de su misma edad y otros más jóvenes que ellos.Un cuadro que estaba entre los pocos cuadros que había en las paredes de esa casa
Narradora:
Ver aquello les había dado una mala vibra,pero no les dio tiempo a mirar más,porque aquella mujer había vuelto con más pastas caseras.
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Los ojos de la muerte
HorrorA veces las apariencias pueden engañar sin que nos demos cuenta.