Al encontrarme en esa situación mi cuerpo reaccionó apartándose de él. Mantuve mi distancia a causa de la pena que de nuevo, apareció.
«Odio sentirme así.»
El sujeto miste... Scott Member, se incorporó con lentitud, permitiéndome ver sus ojos bajar al ritmo que él subía.
El color de sus pupilas me recordó a la tácita de café que me ofreció aquél día; pero que no acepté por ser intolerante al café. Tan intolerante soy que lo derramé arriba del cuadrito de papel con sus datos y perdí el contacto... Aunque pensándolo bien, no sé si me hubiera atrevido a mandarle un mensaje... Nunca me hubiera atrevido.
Esbozó una sonrisa en sus labios mojados por la lluvia y pasó su lengua por ellos con sensualidad y rapidez; aunque esos gestos podrían tener otro significado distinto al que me imaginaba.
La distancia entre nosotros era muy corta; mientras más retrocedía él se acercaba más a mí y al verme en esa situación por primera vez me estremeció el cuerpo a un grado que jamás imaginé. Quedó a unos cinco centímetros de mi cuerpo y lo sentí tan cerca que algo de mí saltó como un resorte calentando mis mejillas mojadas por la lluvia.
Movió sus labios mudos, buscando decir algo: un saludo, un cuento o una despedida. Intenté leer lo que sus labios decían en silencio, más no logré descifrar el mensaje. Sus labios llamativos y húmedos, característica que me provocó un fuerte deseo y temor al mismo tiempo; deseo por su color caramelo y su firmeza, temor por desear los labios de un hombre.
Había algo que no me quedaba claro, la noche en mi habitación, después de encontrarme con él en el callejón de la cafetería colorida, esa noche creí que la pena había desaparecido y ahora la estoy volviendo a sentir. Estoy sintiendo pena y vergüenza de mí mismo de no irme y romper la melodía tan bella de aquella canción que tanto me fascina; la canción de Reik, mi cantante favorito y que para mí, no tiene comparación con ningún otro.
La lluvia se volvió cristalina. Cada gotita lucía como un espejo, pulido e intacto. Era distinta a la que baño nuestros cuerpos al llegar al parque; puede sonar raro... Muchos creen que lluvia es solo lluvia y lo he escuchado muchas veces en muchas bocas de esta ciudad; pero para mí es más que meteorología. Para mí la lluvia es una compañía en momentos duros y felices, que cambia según nuestro estado de ánimo y que siempre aparece cuando más necesitamos ver algo lindo que alegre nuestros ojos. Cambió cuando caí encima de Scott y se volvió cristalina cuando se fué acercando más y más a mí; la lluvia fué testigo de aquel tercer encuentro y sin decir una solo palabra que pudiera cortar el sonido de nuestras respiraciones agitadas; estaba ahí para embellecer todo a nuestro alrededor y aunque por dentro sintiera una gran pena por sentir todo eso, una parte de mí se negaba a irse.
No me quería ir... Pero la pena me exigía lo contrario... No me quería ir, quería quedarme ahí bajo la lluvia y conocer a alguien más; aunque no estaba totalmente seguro de si él estaba en la misma dirección equivocada que yo... No lo sabía.
Lo que si sabía era que una parte de mí... Una parte muy necia de mí, no se quería ir. No quería dejar de estar bajo la lluvia, con él... Conocer a alguien más, bailar esa hermosa melodía que no dejaba de sonar en mis adentros... Pero no solo, con él, el mismo sujeto misterioso que tenía frente a mí, mojado como yo, pálido como yo, sonriendo mientras yo me mordía el interior de mis mejillas para no mostrar lo que estaba sintiendo.
Sentí que por ese instante, todo fué bonito y lleno de melodía; luego la melodía se terminó por el sonido de mi celular. Lo saqué del bolsillo de mi pantalón y lo sostuve unos segundos viendo el nombre de papá en la pantalla.
«Era demasiado bueno para ser cierto.»
Deslicé mi dedo en el círculo rojo y me fuí del parque a pasos rápidos, dejando al sujeto misterioso en el mismo punto con la melodía sonando detrás de su cuerpo alto cuya piel me recordó al color de la vainilla.
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Bajo la lluvia
RomanceLa historia de un amor dulce, inocente y luchador. La lluvia los acompañará en sus veladas y será testigo de que el amor entre dos hombres es posible. Las diferencias de clase, de gustos y de sueños no impedirán que se enamoren hasta los huesos. Su...