Después de la emoción inicial de confesarnos nuestros sentimientos, poco a poco entre las platicas, comencé a comprender la complejidad de tu mente, de tus dimensiones, comprender tus colores y tus sensaciones. Confieso que al inicio estaba muy nerviosa de ir tan rápido, tenía miedo de salir lastimada nuevamente y al comenzar una relación, pronto nos dimos cuenta de que no todo era tan perfecto como habíamos imaginado. Al principio, todo parecía un cuento de hadas. Cada momento juntos era mágico para mí y sentía que nada podía salir mal. Pero la realidad pronto nos alcanzó. Conforme pasaban los días, los sentimientos crecían, era como un tornado de ideas, ideas diversas y complejas que debían encajar en un pequeño lienzo... Tal vez debimos esperar e invertir en un lienzo más grande, para unir nuestro arte y hacer una obra maestra de la manera correcta.
Nos hicimos novios muy rápido, impulsados por la intensidad de nuestros sentimientos. Sin embargo, a medida que pasaban los días, empezamos a notar pequeñas diferencias y desafíos que no habíamos anticipado. Van Gogh decía que “el amor es algo eterno; el aspecto puede cambiar, pero no la esencia”. Y aunque nuestro amor era verdadero, nos dimos cuenta de que la esencia de una relación también incluye trabajo, compromiso y comprensión mutua. Cómo artistas que colaboran y deben decidir, el dibujo, los colores y la escencia de la pintura.
Las primeras discusiones surgieron por cosas pequeñas, malentendidos que se acumulaban y se convertían en algo más grande. Ambos teníamos expectativas y sueños que no siempre coincidían y a veces nos costaba encontrar un punto medio. No nos habíamos detenido a organizar nuestras pinturas, para hacer la exhibición perfecta de nuestro museo. La presión de mantener la relación perfecta que habíamos imaginado comenzó a afectarnos.
Recuerdo una noche en particular, era el día que habíamos terminado, me encontraba bajo un cielo estrellado que me recordaba a los cielos de Van Gogh. Hablé conmigo misma durante horas, las lágrimas hacían que las pinturas que agregaste con tanto amor se chorrearan dañando el dibujo, pase esas horas tratando de entender qué estaba pasando entre nosotros. Fue entonces cuando me di cuenta de que, aunque nos amábamos, habíamos avanzado demasiado rápido sin darnos el tiempo necesario para conocernos realmente, de iniciar un boceto, de saber la base de nuestra pintura.
Decidí que lo mejor era tomarnos un tiempo para reflexionar y entender lo que realmente queríamos. Respetar tu decisión fue muy difícil y me destrozó, pero en el fondo sabía que era lo correcto. Y aunque sentíamos un amor profundo, también sabíamos que necesitábamos tiempo para crecer y madurar individualmente.
Terminar nuestra relación fue doloroso, pero también fue una oportunidad para aprender y crecer. A pesar de todo, sigo agradecida por cada momento que compartimos, por cada lección que aprendimos juntos. Aunque nuestro cuento de hadas no tuvo el final que esperábamos, siempre llevaré en mi corazón los colores y la luz que trajiste a mi vida. En poco tiempo me enseñaste a vestirme de mejores colores, a ser un lienzo más lindo y delicado, a cuidar mis pinceles y seleccionar las mejores pinturas, a tu lado, aprendí a pintarme mejor a mi misma y de eso estaré eternamente agradecida.
ESTÁS LEYENDO
Tan bonito como los cielos de Van Gogh
RomanceTu me enseñaste a amar, le diste forma a mi boceto y colores a mi lienzo, tu me enseñaste a ver la belleza en las cosas, a apreciar los pequeños momentos... Espero que estás cartas, te expresen con un fragmento de mi alma, la magia que hiciste en mi...