Tan bonito como los cielos de Van Gogh

11. Coloreado por los celos

Luego de un tiempo hablando tu y yo, se nos presentó vernos en el cumpleaños del hermano de mi mejor amiga. Fué un remolino de emociones para ambos, las risas, las bromas, los chistes. Todos esos elementos se mezclaban en el aire. Tu estabas ahí, sentado, habíamos empezado a bailar, en tus ojos veía el ardor de los celos, como si un pintor viera el crédito que se le da a otro por su pintura.

Entre bromas y risas, salimos a tomar aire, el clima estaba frío, pero no importo, tu estabas ahí, sentía tu calor, note que me gustaba mucho estar a solas contigo, hablando y riendo.

La noche nos abrió, compartimos muchas cosas el uno del otro, cosas privadas y cosas conectadas. Logré ver los colores más oscuros de tu alma, logré ver más allá de la capa externa de pintura. Logré saber quién eras verdaderamente, logré comprenderte y se sintió muy bien.

A pesar de que constantemente nuestra burbuja era explotada por las bromas y risas de nuestros amigos, yo solo sentía que éramos tu y yo. Dos pinceles que bailaban al compás sobre la paleta de colores.

Me dió risa ver cómo confesabas que estaba teñido por el color de los celos, no se que pasaba contigo, ¿desde cuando la pintura más bella y valiosa siente celos de las exposiciones de arte?

De verdad que no te comprendo, pero bueno, me gustó saber cómo te sentías, me gustó que me compartieras las emociones que tú lienzo quería expresar en ese momento, el arte habla lo que él artista calla... Y tú me hablaste, gracias por confiarme ese mensaje.

También recuerdo con una claridad única, la sensación de tus besos y tus caricias en mis mejillas, tu tacto es tan delicado como el trazo de una acuarela, tienes un don mágico al pintar. A pesar de la gran cantidad de emociones de la noche. Lograste hacerla especial, lograste hacerme sentir especial.