Verano de 1955.
Él es Jeon Jungkook, un joven de 21 años, vive en una pequeña ciudad de Estados Unidos, tratando de vivir y trabajar para valerse por sí mismo, escapó de casa muy jóven, su rumbo se vió opacado tras el fallecimiento de su padre en su adolescencia, y él, es un muchacho con unos ojos profundos, rasgados y redondos por iguales partes, cabello negro y una voluntad indomable, pese a las circunstancias de su vida, algo lo hacía brillar por su sola existencia. Jungkook se encontraba sumergido en el ritmo agotador de la construcción en la que trabajaba, en el corazón de su ciudad natal. El sol abrasador del verano parecía fundirse con el cemento y el acero, convirtiendo cada movimiento de su pala que cargaba escombros de un punto al otro, en una prueba de resistencia. Su camiseta, empapada de sudor, adherida a su espalda, dejaba en evidencia la pesada jornada laboral que parecía no tener fin. Los músculos de sus brazos y hombros aclamaban un descanso, mientras su mirada cansada, pero no derrotada, se posaba en el horizonte, como si buscara una escapatoria.
Sin embargo, detrás de la fachada de un trabajador agotado y que parecía no tener muchas ambiciones, latía un corazón que guardaba un sueño oculto, alimentado por la pasión que mantenía desde que sólo era un crío junto a su padre, y la cuál Jungkook había mantenido ardiendo en su corazón. Un sueño que lo hacía sentir vivo, que traía de nuevo al presente la felicidad de su niñez, que lo impulsaba a soñar con un futuro diferente y lleno de emoción, lejos de universidades, oficinas, edificios, y la tristeza de aquél hombre mayor ausente.
En esos momentos de arduo trabajo, Jungkook manifestaba en su mente las miles de posibilidades para salir de su rutina y vivir aquella vida que siempre anheló, así se permitía imaginar un futuro distinto. Un futuro en el que sus sueños y pasión eran libres de volar, en el que su corazón latía al unísono con su alma, dónde ya no veía oscuridad al final del día.
A media mañana, cuando el sol ya había alcanzado su punto más alto en el cielo, era la hora del almuerzo, comía sentado sobre unas bolsas de cemento tranquilamente, hasta que un compañero de trabajo, Charlie, se acercó a él con una sonrisa que parecía iluminar todo su rostro. Charlie era un hombre de unos 40 años, con una barba gris y una mirada amable, que siempre parecía saber algo más por el simple hecho de ser observador y escuchar a los demás, sobre todo con Jungkook, desde que lo conoció y comenzó a trabajar en construcción como su peón en edad adolescente, todo un hijo para él. Se acercó a Jungkook con una energía contagiosa, la cual hizo que Jungkook levantara su mirada atenta y se olvidara por un momento de su fatiga.
—Hey, Jungkook, ¿sabes qué llegó a la ciudad? —preguntó Charlie, en un tono de pregunta que parecía esconder un secreto.
Jungkook negó con la cabeza, intrigado mientras tragaba su almuerzo. —¿Qué es? —sus ojos brillantes en anticipación. ¿Qué podría ser tan emocionante como para hacer que Charlie sonriera de esa manera?
—Un circo —respondió Charlie con emoción en su tono de voz, con una pausa dramática, Extendió las palmas de sus manos a cada lado, como si estuviera presentando un espectáculo—. El Circo de Las Maravillas, he oído que es increíble.
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Enséñame a Amar | Kookmin
FanfictionDonde Jungkook y Jimin se encuentran en un circo de la década de 1950, la vida puede parecer emocionante y única, pero nadie sabe el casto ambiente que puede llevar vivir en la carpa blanca y roja, y mucho menos al encontrar el amor. Contenido +18 T...