Moa pov:
Estaba sola en la cama cuando desperté, ya era evidentemente de noche, busqué mi ropa y bajé todavía desorientada. Bostecé y busqué por la casa, al parecer no había nadie aún, como todavía estaba medio dormida no le tomé mucha importancia.
-¿Qué acaso no hay nadie?- solté otro bostezo, me despeiné e hice una mueca.
-No, aún no, y eso me preocupa- dijo Suzuka detrás de mí, tenía el teléfono en la mano.
-¿Probaste llamando a las chicas? tal vez se quedaron jugando todavía, sabes como son- me crucé de brazos.
-Esto no es normal- negó y vi como hacía una mueca de preocupación -Y ya es tarde además-
Marcó un número una, dos, tres veces, y ninguna vez contestó, por más que trató nadie contestó la llamada. Yo también empecé a preocuparme, me despabilé a bofetadas y agarré mi teléfono, marcando el número de Yui de forma insistente, logrando que conteste la llamada.
-Yui maldita perra, ¿acaso raptaste a los niños? ya vuelvan a casa, es de noche- respondí con reproche.
-Tus amigas no raptaron a nadie, en cambio yo sí- respondió una voz distinta de la de mi amiga, la conocía muy bien -¿Qué tal Moa? mucho tiempo sin escuchar tu irritante voz, ¿me extrañaste?-
-Seiko...- Suzuka me taladró con la mirada, hizo el amague de acercarse pero le hice señas con la mano -¿Qué hiciste con todos?-
-Tranquila, no se murió nadie, no soy tan sádica como tu novia de mierda- rió y yo sentí que se me congelaban hasta los huesos -Por cierto, tus hijos están hermosos, ¿segura que son de Suzuka o le abriste las piernas a cualquiera como la puta que eres?-
-Mira Seiko, primero, no te interesa, no voy a entrar en tus juegos de mierda y segundo, libera a las chicas y a los niños, no estoy jugando- me estaba enojando -¿Qué ganas haciendo esto?-
-¿Qué gano yo? la verdad que nada, porque no cambia mucho la situación que se está viviendo el matar parias- suspiró de forma exagerada, escuchaba ruido de autos en la distancia -En cambio ustedes sí tienen para perder, tengo a toda la juntada aquí, incluso los mocosos-
-No te atrevas a ponerle un dedo encima a nadie porque me vas a conocer, te lo juro Seiko- apreté los dientes, vi de reojo como Suzuka se iba desesperando.
-Y aunque lo hiciera no sufrirían ni sentirían gran cosa, están bien dopados- volvió a reír -Así que si le cortara la garganta ahora al mocoso de tu hijo, Kenji se llamaba ¿verdad?, no lloraría ni nada porque ni se dará cuenta que se está muriendo-
Suzuka de repente me arrancó el teléfono de las manos, respiraba agitada y, al tenerla tan cerca, vi que estaba llorando.
-Mira zorra, toca a mis hijos y te juro por mi madre que te mataré con mis propias manos- dijo con la voz bastante más grave, se estaba enojando hasta mas que yo.
No pude escuchar lo que le decía, trataba de aguantar la angustia que me subía como vómito por la garganta y también las lágrimas, una cosa era que quisieran atacarme a mí pero con los niños no, llegaban a hacerles algo y se me caía el mundo...
Suzuka cortó furiosa, sus ojos parecían llamas y podía verle los colmillos, parecía fuera de sí.
-Nos vamos- me agarró la mano y salimos rápido de la casa, Suzuka me llevó primero a la casa de Kenzo -¡¡¡Kenzo, abre ya maldito perro!!!- aporreó la puerta varias veces.
No pasó mucho para que él apareciera, estaba confundido y a la vez enojado.
-¿Se puede saber qué pasa contigo? esta puerta costó miles para que la golpees así enferma del demonio- la miró molesto.
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Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)
Ficção AdolescenteCinco años de paz terminarán cuando el resto de la familia Nakamoto decide poner fin a la felicidad cosechada empezando por atentar contra todo lo que construyeron, lo más amado de sus vidas. ¿Serán fuertes para enfrentarse a ellos o será ganadora l...