「Eɲʈr⁅ ∀ɱ⋆ᖇ Ꮍ ᎧᕍᎥo ℛƏɱIℵ」{Alan Becker}

♥︎•●「 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 1 」●•♥︎

[Narrador/a]

「 En la mañana 」

El sol apenas asomaba por la ventana cuando Dark se dirigió a la sala en busca de sus preciados Doritos. Había estado esperándolos desde la noche anterior; ese sabor especiado y crujiente era justo lo que necesitaba para empezar bien el día. Sin embargo, al llegar a la sala, se encontró con Chosen, quien estaba mordisqueando algo despreocupadamente en el sofá.

-Oye, One, ¿no has visto mis Doritos por alguna parte? -preguntó Dark, mirando a su amigo con suspicacia mientras el eco de sus pasos resonaba en el silencio matutino.

Chosen apenas levantó la vista, con una expresión de absoluta inocencia, aunque su boca estaba ocupada masticando ruidosamente.

-Ehhh... no, Dark -respondió Chosen con desgano, mientras en su mano asomaba la bolsa de Doritos que Dark había estado buscando.

La sonrisa despreocupada de Chosen fue la chispa que encendió la rabia en Dark. Al ver la bolsa, una vena comenzó a latir en su frente.

-¿Esos son mis Doritos? -exclamó Dark, señalando la bolsa con el dedo.

-Eran tuyos -respondió Chosen, encogiéndose de hombros y llevándose otro Dorito a la boca-. Además, no tenían tu nombre, así que...

Dark sintió que su paciencia se agotaba y, sin pensarlo, se lanzó sobre él.

-¡Ven aquí, hijo de...! -gritó Dark, mientras Chosen intentaba esquivar sus ataques, levantándose torpemente del sofá.

-¡Ey, cálmate! -replicó Chosen, retrocediendo hasta quedar atrapado entre el respaldo del sofá y la mirada furiosa de Dark.

-¡Te estás comiendo mis Doritos! -vociferó Dark, cerrando los puños con fuerza.

-¿Qué, no ibas a compartir? -dijo Chosen con una sonrisa desafiante, esquivando un golpe poco preciso.

Dark hizo una pausa, tratando de contenerse.

-¿Pero al menos me guardaste algunos? -gruñó Dark, intentando mantener la compostura.

-No sabía que los querías... -murmuró Chosen, fingiendo inocencia.

-¡Hijo de...! -Dark lo empujó hacia el sofá, inmovilizándolo rápidamente-. ¿No me guardaste nada?

-¡No sabía que querías Doritos! -protestó Chosen, forcejeando sin éxito.

-¡Sabes que me encantan los Doritos! -Dark lo miró con una mezcla de frustración y furia.

Chosen rodó los ojos, claramente sin remordimiento alguno.

-Vas a ir a la tienda y me vas a comprar una bolsa nueva -dijo Dark, firme.

-¿Y quién dijo que yo iría? -respondió Chosen, cruzando los brazos desafiante, aunque aún estaba inmovilizado.

-Te lo estoy diciendo yo -replicó Dark con una seriedad poco común, su mirada implacable.

-Pues no te voy a hacer caso -replicó Chosen, intentando zafarse.

-Entonces no te dejaré ir -afirmó Dark, sujetándolo con más fuerza.