matrimonio por conveniencia (chestappen)

busqueda

El vacío en la casa fue solo el inicio. Max se dio cuenta de que, por primera vez, su control sobre Checo se había desvanecido, y eso lo descolocaba por completo. A medida que pasaban los días y no encontraba ninguna señal de su paradero, la desesperación crecía en él como un fuego imposible de apagar. No quería admitirlo, pero la ausencia de Checo había abierto un abismo en su vida, uno que ni siquiera comprendía del todo.

Pronto, las familias de ambos se enteraron de la desaparición de Checo, lo que llevó la preocupación a otro nivel. La alianza empresarial, las expectativas familiares y la estabilidad de las empresas se tambaleaban. Ambos padres decidieron intervenir, movilizando recursos y personas para intentar localizarlo. Max, al ver el compromiso de su propia familia en la búsqueda, sintió cómo la situación se volvía cada vez más crítica. Lo que en un inicio había sido solo un acuerdo de negocios ahora ponía en juego toda su reputación y la estabilidad de su vida.

Max se dedicó a recorrer los lugares favoritos de Checo, aquellos que solía visitar para escapar de la presión o encontrar un poco de paz. Sin embargo, por más que buscaba, no lograba encontrar ninguna pista. Mientras más se daba cuenta de que Checo realmente no quería ser encontrado, más aumentaba su frustración, pero también la extraña sensación de vacío y soledad. Por primera vez, estaba obligado a enfrentarse a los efectos de sus propios actos, a reconocer la posibilidad de que su posesividad y su control habían alejado a la persona que ahora, paradójicamente, tanto deseaba cerca.

La impotencia se transformó en una mezcla de angustia y desesperación. Sabía que nunca había tratado a Checo como realmente merecía, pero no podía soportar la idea de que ya no estuviera en su vida. Su orgullo se tambaleaba mientras consideraba que tal vez había perdido a Checo para siempre.