Un vibrante y colorido pueblo mexicano. Max Verstappen y Sergio "Checo" Pérez están vestidos de charros y son los héroes del pueblo, aunque compiten entre ellos por la atención de la gente. Se encuentran en el mercado, donde toda la gente los admira y sigue sus aventuras en las pistas.
Checo: (sonríe mientras firma autógrafos) ¡Ah, Maxito! Este pueblo me adora. Aquí soy el campeón.
Max: (arqueando una ceja y mirando a su alrededor) Checo, no te engañes. Creo que sólo te quieren porque trajiste tacos gratis.
Checo: (con orgullo) ¡Un piloto no puede ganar el corazón de la gente sin sus tacos! Tú puedes tener tus trofeos, pero yo tengo las tortillas.
Max: (con cara de desafío) ¡Pues me comeré tus tacos y ganaré igual! ¿Crees que no puedo con la salsa? Me he enfrentado a pistas más difíciles que una enchilada picante.
Checo: (riendo) ¡Quiero ver eso, amigo! Pero cuidado, el último que intentó competir conmigo en salsa... terminó corriendo al baño más rápido que en una carrera.
Los dos se ríen y, de pronto, un niño del pueblo se acerca corriendo, con los ojos brillando de emoción.
Niño: ¡Checo! ¡Max! Necesitamos su ayuda. ¡El Toro Rojo del Pueblo está fuera de control!
Checo: (levantando una ceja) ¿El Toro Rojo? ¿Como nuestro equipo?
Max: (sarcástico) A menos que el equipo ahora tenga cuernos y le guste embestir a la gente, creo que no.
Ambos se apresuran hacia la plaza principal, donde encuentran al Toro Rojo, un enorme y hermoso toro con banderines rojos y azules en los cuernos. El toro parece inquieto, corriendo en círculos mientras la gente intenta apartarse de su camino.
Checo: (suspirando) Sabía que debíamos haber traído a los mecánicos. Ellos habrían ajustado sus neumáticos.
Max: (riendo) ¿Y ahora qué? ¿Le damos una vuelta a esto?
Checo: (con confianza) Sígueme la corriente, Maxito. ¡Vamos a atraparlo como si estuviéramos en el Gran Premio!
Checo corre hacia el toro y empieza a girar alrededor de él, distrayéndolo, mientras Max toma una manta roja y la ondea como un torero improvisado.
Max: (gritando) ¡Toro, toro! Aquí tienes, ¡tómame si puedes!
Checo: (dándose cuenta de lo absurdo) ¡Oye, Max, estamos en un pueblo, no en la pista! Y por cierto, creo que ahora el toro te tiene en la mira.
El toro fija la vista en Max y empieza a correr hacia él. Max corre en círculos, tratando de esquivar al toro mientras la gente se ríe y anima.
Max: (jadeando) Checo, ¡mejor ten una estrategia rápida! ¡Esto es más difícil que Mónaco!
Checo: (riendo) ¡Aquí no hay pódiums, Max! Solo hay tacos y toros. ¿Quieres cambiar?
Max: (mirándolo de reojo) Me apunto... ¡si logras atraparlo tú primero!
Checo saca una cuerda y, con una destreza asombrosa, hace un lazo perfecto y atrapa al toro mientras la multitud estalla en aplausos. Max, jadeando, se apoya en una pared mientras trata de recuperar el aliento.
Max: (bromeando) Bueno, al menos esta vez no tuve que competir contra ti por el primer lugar.
Checo: (guiñando) Maxito, siempre hay un primer lugar para todo. Pero si quieres un verdadero reto, ¡te espero en el próximo Gran Premio de Tacos! ¡Allí veremos quién es el verdadero campeón!
Ambos se ríen mientras el pueblo entero festeja y los acompaña a un banquete, donde Max y Checo compiten de nuevo... esta vez, por ver quién puede comer más tacos.
Fin.