CUMPLEAÑOS

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Veo como se mezcla el humo de mi primer canuto entre el viento de las 5:00 de la tarde. Tantos pensamientos intrusivos me bombardean de todas las maneras y menos compasivas desde hace más de 10 años.

El viento sopla con desgana y de vez en cuando arremete con fuerza queriendo bufar para hacer entrar las personas a sus casas. "Casa", supongo que mi casa dejó de ser mi casa cuando se hospedó la ansiedad y la depresión justo al ladito de mi cama, un huésped maldito.

-Ya estoy en casa- grité -claro, que estúpida. Cuatro paredes mal pintadas no me van a responder- dejé caer el bolso en el suelo y casi a rastras me tumbé en el sofá. Huele horrible, huele a muerte, a desdicha, a soledad, a auto compasión sin logro -con que a eso huelo eh- solté con cierto deje de sarcasmo mientras miraba el techo y tanteaba mi bolsillo para encender mi segundo canutillo.
Perdí la noción de tiempo y no supe a qué hora logré dormirme, ya eran las 10:34 de la mañana de un soleado sábado -¡Feliz cumpleaños a mi!- sonreí con desdén mientras me veía en el sucio y quebrado espejo...

Sheila, 28 años, estatura promedio, ojos avellana y piel exageradamente blanca, labios carnosos, cabello negro y puntas rojas, tatuajes en sus brazos y cuello. Huérfana y violentada cuando apenas tenía 7 años.
Salvajemente agresiva, cero bondad, cero relacionamiento con el exterior y una sed por vengarse que la ahogaba cada noche que pasaba.
Sheila, 28 años, una mujer con traumas que la convertían en niña cada noche al meterse en su bañera y lastimarse para no sentir como su corazón se cegaba por el odio a cada segundo...

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⏰ Last updated: Nov 13 ⏰

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Yo soy SheilaWhere stories live. Discover now