𝐋𝐔𝐙 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃

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HAL JORDAN SIEMPRE HABÍA SIDO FUERTE, o al menos eso intentaba proyectar. Desde niño, aprendió que ser fuerte significaba tragarse las lágrimas y enfrentar el dolor con la cabeza en alto. Pero esa noche, sentado en el borde de la cama, sintió que todo el peso de los años se desplomaba sobre él. Su cuerpo temblaba, sus manos cubrían su rostro, y las lágrimas que había retenido durante tanto tiempo finalmente encontraron su camino hacia el exterior.

Barry Allen observaba en silencio desde el marco de la puerta, su corazón quebrantado por la imagen de su pareja, tan vulnerable y abatido. Hal, el hombre que enfrentaba cualquier amenaza con valentía, el héroe que jamás retrocedía, ahora se mostraba como el niño que había perdido a su padre, el niño que nunca pudo despedirse del hombre que admiraba con todo su ser.

La relación entre Hal y su padre siempre había sido algo especial. Cuando era pequeño, Hal adoraba ver a su padre volar; lo consideraba invencible, un héroe que surcaba el cielo sin miedo. El aeródromo era su lugar especial, donde Hal se sentía seguro y en paz, donde sus sueños de volar y ser como su padre comenzaban a tomar forma. Hasta el día en que la tragedia lo cambió todo.

Aquel fatídico accidente le arrebató a su padre y dejó un vacío en su vida que nada pudo llenar. La imagen de su héroe cayendo del cielo quedó grabada en su memoria, y aunque había aprendido a vivir con el dolor, nunca lo superó del todo. Con el tiempo, se convirtió en Green Lantern, dedicando su vida a proteger a otros, a salvar a los que podía. Sin embargo, la herida de no haber podido salvar a su propio padre permanecía abierta.

Barry, al verlo así, entendió la profundidad de ese dolor. Era más que una pérdida; era la frustración de un niño que había perdido a su héroe sin poder hacer nada al respecto. Sabía que Hal era alguien que no se permitía llorar, alguien que reprimía sus sentimientos para no mostrarse débil, pero esa noche, Barry estaba dispuesto a ser el hombro en el que Hal pudiera apoyarse, sin temor a ser juzgado.

Finalmente, Barry se acercó y se sentó junto a Hal en la cama. Sin decir una palabra, colocó una mano en el hombro de su pareja, transmitiéndole silenciosamente que estaba allí, que podía dejarse llevar sin miedo.

Hal levantó la vista hacia él, sus ojos vidriosos y enrojecidos.

—¿Sabes?—susurró Hal, tratando de sonar fuerte aunque su voz temblaba,—a veces... a veces quisiera que todo esto fuera solo una pesadilla. Que él... que él estuviera aquí. Quisiera que todo siguiera como antes, cuando íbamos al aeródromo juntos, cuando él me enseñaba a volar... Era nuestro lugar especial.

La voz de Hal se quebró al mencionar el aeródromo, el lugar donde sus sueños comenzaron y donde su mundo también se rompió. Barry le apretó suavemente el hombro.

—Es normal que lo extrañes, Hal. Nadie espera que olvides a tu padre o lo que significaba para ti. Yo tampoco lo haría.

Hal sonrió con amargura, mirando al suelo.

—Es irónico, ¿no? Soy Green Lantern, enfrento peligros todos los días... pero no pude hacer nada por él. No pude salvar a la persona más importante de mi vida.

Barry negó con la cabeza, tomando las manos de Hal entre las suyas.

—Hal, eras solo un niño. Nadie podía esperar que evitaras ese accidente. No fue tu culpa. No tienes que cargar con ese peso.

Hal respiró hondo, recordando cómo, desde muy pequeño, había sentido la necesidad de ser fuerte para su familia. Cuando su padre murió, sintió que tenía que ser el pilar que los sostuviera, aunque apenas era un niño. Ese sentimiento lo acompañó durante toda su vida, transformándose en el hombre decidido y valiente que era. Pero a veces, la presión de ser siempre fuerte resultaba abrumadora.

—Siempre he pensado que, si hubiese sido más fuerte, si hubiera podido hacer algo, él estaría aquí,—confesó Hal, su voz quebrándose.—Sé que suena absurdo, pero esa idea nunca se ha ido de mi mente.

Barry miró a Hal con ternura y comprensión.

—No es absurdo. Pero también creo que tu padre estaría orgulloso de ti, de lo que eres ahora. Él fue tu héroe, y ahora tú eres el héroe de muchos, incluyéndome a mí.

Hal se permitió sonreír levemente ante esas palabras, aunque las lágrimas seguían cayendo por su rostro. Era reconfortante escuchar eso de Barry, quien siempre veía lo mejor en él, incluso cuando él mismo se sentía perdido.

—Bear...gracias—murmuró, apretando la mano de su pareja.—Sé que no soy fácil de soportar cuando me pongo así.

Barry le devolvió el apretón, sonriendo suavemente.

—Tú eres el hombre que amo, Hal. Eso significa aceptar todos tus lados, incluso los que escondes. Estoy aquí para ti, siempre.

Se quedaron en silencio, pero ese silencio estaba lleno de comprensión y cariño. Hal sentía que podía permitirse ser vulnerable con Barry, que no necesitaba esconder su dolor. Con Barry a su lado, el peso de la pérdida comenzaba a ser un poco más llevadero, y aunque sabía que el dolor no desaparecería, tener a alguien con quien compartirlo le daba fuerzas.

Esa noche, mientras las primeras luces del amanecer asomaban en el horizonte, Hal se dio cuenta de que no estaba solo en esta batalla. Barry, con su inquebrantable amor y apoyo, era la luz en la oscuridad que Hal tanto necesitaba.

𐔌  .  𝐍 𝐎 𝐓 𝐀  !  ౨ৎ

A veces, escribir puede ser una forma poderosa de desahogo, un espacio donde podemos soltar lo que llevamos dentro. Al escribir esto, he sentido esa liberación; quizá suene un poco bobo, pero aquí he puesto muchas cosas que necesitaba decir. Cuando era niña, perdí a mi padre en un accidente. Aunque han pasado años, el dolor sigue siendo parte de mí, y sé que siempre lo será. Sin embargo, he aprendido a llevarlo conmigo y a seguir adelante, paso a paso.

Si tú también has pasado por algo similar, quiero recordarte que no estás solo/a. El dolor puede ser parte de nuestro camino, pero no define quiénes somos ni hacia dónde vamos. Está bien sentir, está bien tomarse el tiempo necesario, y está bien buscar maneras de expresarnos y sanar, como la escritura o lo que funcione para ti. Con el tiempo y con el apoyo adecuado, la vida nos enseña que es posible seguir adelante, manteniendo el recuerdo de quienes amamos en nuestro corazón.

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𝐋𝐮𝐳 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 ─ 𝘏𝘢𝘭𝘣𝘢𝘳𝘳𝘺 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora