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Jake siempre ha sido el hermanito consentido de Sunghoon, ambos han crecido unidos, especialmente después de la muerte de sus padres. Jake en ese entonces era un adolescente y el mayor decidió asumir la responsabilidad. Aún que ahora tiene un trabajo demandante siempre se hace tiempo para su vida familiar y amorosa. Estando en una relación de años con su compañero de trabajo Lee Heeseung.

Era la mañana de navidad, el año tan ajetreado que llevaba el trabajador Sunghoon lo había dejado exhausto, no podía hacer más que pensar en los días libres que se tomaría esa semana, especialmente para poder conversar con Jake.


Jake por su parte estaba en su último año de universidad, estudiando leyes siguiendo los mismos pasos que su hermano. Ser de los mejores en su clase no fue sencillo, pero se esforzaba constantemente para no decepcionar a Sunghoon.

Inusualmente, esa mañana el menor de los hermanos estaba a cargo del desayuno. Sunghoon se despertó un poco más tarde de lo habitual, alertado por el ruido y el olor que llenaban la casa. Al salir de su habitación, se encontró con la cocina envuelta en humo.

-¡JAKE! ¿Qué demonios estás haciendo? -exclamó, con una mezcla de enojo y preocupación.

-Perdón... solo intentaba hacer el desayuno -se disculpó Jake, bajando la cabeza con una expresión de cachorro arrepentido.

Sunghoon suspiró y se apresuró a abrir la ventana, dejando que el humo comenzara a disiparse. Mientras lo hacía, no pudo evitar pensar que no dejaría a Jake cocinar solo de nuevo.

Era un hecho: Jake no era precisamente el mejor en las tareas domésticas, ni tampoco el más autosuficiente.

-No puedo dejarte solo ni un momento. Anda, deja que yo lo haga -dijo Sunghoon, poniéndose manos a la obra para preparar un desayuno sencillo: unos pancakes y café. Jake se acomodó tranquilamente en un taburete, como si no hubiera estado a punto de incendiar la casa.

-Por cierto, hoy empiezan tus días libres, ¿verdad? -preguntó Jake.

Sunghoon asintió, concentrado en la sartén. -Sí, quería hablarte de algo... más bien pedir tu opinión.

-Hyung... Todavía no estoy preparado para vivir solo -bromeó Jake, haciendo un puchero falso, intentando parecer triste.

-No... pero está relacionado con eso. Me gustaría que Heeseung viviera aquí, con nosotros -soltó Sunghoon mientras terminaba de poner la comida en la mesa.

Jake parpadeó, sorprendido. Apenas conocía a la pareja de su hermano; habían intercambiado solo unas pocas palabras en encuentros breves. Aun así, la idea no le incomodaba. Confiaba en el juicio de Sunghoon y sabía que, si había elegido a Heeseung, debía tener una buena razón.

-Oh... ¿De verdad? -respondió Jake, tratando de ocultar su sorpresa-. Supongo que sería bueno. Solo espero que no le moleste que alguien más casi queme la casa en sus intentos de cocinar.

Sunghoon soltó una pequeña risa.

-Tranquilo, Jake. Estoy seguro de que se adaptará. Además, sería una buena oportunidad para que ustedes dos se conozcan mejor.

Jake asintió, mientras comenzaban a comer en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos sobre cómo cambiaría la dinámica familiar con un nuevo integrante en casa.

Más tarde ese día, Sunghoon tenía planeado encontrarse con su novio para celebrar la Navidad en su restaurante favorito. Mientras esperaba, no podía evitar pensar en lo lejos que habían llegado ambos. Heeseung, quien había sido su superior desde que empezó a trabajar, ahora era su pareja. Recordar cómo todo había evolucionado entre ellos lo hacía sonreír.

Al llegar, Heeseung lo recibió con una gran sonrisa y lo rodeó con sus brazos, abrazándolo por la cintura.

-Hoonnie, te extrañé -murmuró Heeseung con cariño, sin soltarlo.

Sunghoon correspondió al abrazo, sintiéndose cómodo y en paz.

-Yo también te extrañé. No sabes lo mucho que necesitaba este tiempo juntos -dijo, acariciando suavemente la espalda de Heeseung.

Ambos se miraron un momento en silencio, disfrutando de la calidez de estar juntos en una fecha tan especial. Luego, tomados de la mano, se dirigieron a su mesa.

-Jake está de acuerdo... con que vivamos todos juntos -soltó Sunghoon, visiblemente contento.

-¿En serio? Qué alegría -respondió Heeseung, con una sonrisa amplia, esa que siempre lograba acelerar el corazón de Sunghoon-. Entonces me pondré en marcha pronto, no puedo esperar a que sea oficial.

Sunghoon sintió una calidez recorrerle el pecho al verlo tan emocionado. La idea de tener a Heeseung en casa, compartiendo su día a día, le parecía perfecta.

Sunghoon amaba a Heeseung a pesar de sus errores. Siempre había sido paciente con él, comprendiendo sus imperfecciones y aceptándolas como parte de quien era. La sola idea de perder al que consideraba el amor de su vida le aterraba; después de todo, no había sido fácil convencerlo de dar un paso adelante en su relación, y ahora que lo había logrado, no iba a permitir que nada los separara.

Heeseung era su refugio y su compañero, alguien con quien deseaba construir un futuro. Para Sunghoon, cada pequeño desafío valía la pena si significaba poder estar juntos.

Pero Sunghoon jamás se imaginó lo que sucedería una vez empezarán a vivir juntos.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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El novio de mi hermano ~ HᴇᴇᴊᴀᴋᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora