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_____ Todoroki es hija del respetado ministro de justicia, Keiji Todoroki, y de una heroína retirada conocida como Llama Estelar, famosa por su habilidad para controlar el fuego y la luz. Aunque su vida parece perfecta, llena de tranquilidad y ro...
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El sol apenas asomaba por la ventana cuando te despertaste, el primer día de trabajo finalmente había llegado. Te levantaste tranquila, sintiendo una mezcla de emoción y nervios, y te preparaste con cuidado, colocando tu traje en la maleta y revisando cada detalle antes de bajar al comedor. Al entrar, los chicos ya estaban reunidos, algunos aún medio dormidos, pero todos con el entusiasmo de un nuevo día de clases. Saludaste a todos con una sonrisa y te sentaste junto a Bakugou, quien, sin decir nada, deslizó tu plato hacia ti.
—Gracias, Katsuki —dijiste en voz baja, esbozando una sonrisa mientras tomabas los cubiertos.
Bakugou asintió en silencio, centrándose en su propio desayuno. Sin embargo, el Bakusquad, sentado un poco más allá, observaba la escena como si fuera una revelación. Kirishima y Mina intercambiaron miradas cómplices y susurraron entre ellos, tratando de contener las risitas.
—Oye, Kirishima, ¿no parece que estuvieran casados? —bromeó Denki en voz baja, haciéndolo reír.
—Shh, no se lo digas a él o nos matará —murmuró Kirishima, fingiendo terror. Pero a pesar del tono bromista, todos sabían que la conexión entre ustedes dos estaba volviéndose más fuerte.
Cuando terminaste de comer, te levantaste y te despediste de todos.
—Nos vemos luego, chicos. Deséenme suerte.
—¡Vas a hacerlo increíble! —exclamó Mina, moviendo la mano en un gesto animado.
—Y cuida de tu maleta, no querrás que te la revisen y encuentren algo extraño —bromeó Denki, guiñándote un ojo.
Bakugou, sin embargo, se limitó a darte una mirada seria y asintió.
—No hagas nada estúpido y vuelve en una sola pieza, ¿me oyes?
—Entendido, Katsuki. —Le devolviste la mirada y te despediste de él con una pequeña sonrisa.
La agencia te recibió con los brazos abiertos. Al llegar, algunos héroes locales te saludaron, brindándote una cálida bienvenida y dándote algunos consejos prácticos para tu primera patrulla. A medida que el día avanzaba, te fuiste adaptando al ritmo de la agencia, patrullando con algunos de los héroes experimentados y saludando a las personas en las calles. El tiempo pasó volando mientras te sumergías en el trabajo, disfrutando cada interacción y observando cada rincón de la ciudad con ojos de aprendiz. Aunque la jornada fue larga, te llenó de satisfacción.
Cuando finalmente el día terminó, regresaste a los dormitorios ya entrada la noche. La mayoría de los estudiantes estaban dormidos, y el pasillo estaba en silencio mientras te dirigías a tu habitación. Entraste, soltaste la maleta y te diste una ducha rápida, dejando que el agua te relajara después de un día de trabajo.
Luego, con una sonrisa en el rostro y el cansancio de una jornada bien aprovechada, te tumbaste en la cama, cerrando los ojos.
