VII - Ya no hay tranquilidad

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Tan agotador era ir a entrenar dos artes marciales en el mismo día, pues no sólo me bastaba practicar kendo, sino que también taekwondo. Y todo eso por capricho mío, bien mi padre me podía entrenar, pero quería más técnicas, por eso práctico en una academia aparte.

Busco mi toalla de baño porque me bañaría, pero el toque a mi puerta me sacó de mi silencio.

—Adelante— respondo, me doy media vuelta y miro a mis hermanas junto a Saotome entrar, pero el último estaba transformado en chica y tenía una toalla sobre sus hombros que cubría algo de sus senos.

—Ranma usará ropa de mujer, así que venimos a escoger algo— Nabiki camina hacia mi ropero y lo abre para inspeccionarlo.

—¿Por qué no vamos a comprarle ropa? Mi ropa es inadecuada a su talla— dejo mi toalla en la cama y me siento.

—Bueno, como su ropa normal se está lavando, no podrá salir así Ranma— sonríe Kasumi y junto a Nabiki empiezan a sacar mi ropa.

—Sí, además, Ranma ya debería empezar a adaptarse— Akane junta las palmas de sus manos, sonríe también entrando a la habitación y toma asiento en mi silla frente al escritorio.

Saotome en silencio se sienta a un lado de mi cama, en el suelo, con una expresión malhumorada y siendo silencioso.

Kasumi y Nabiki estuvieron buscando entre mi ropa, me mantuve silenciosa acostada en mi cama, oyendo a Nabiki cuestionarle a Kasumi sobre su mal gusto de combinaciones en la ropa. No las entiendo, pues yo uso lo primero que aparece en mi ropero... la verdad no, estoy una noche antes eligiendo alguna buena combinación para mi vestuario del día siguiente.

—¡No pienso usar ninguna falda, eso no!— protesta Saotome, cruzado de brazos y con el ceño fruncido.

—Pienso que se te vería bien— le responde Akane.

—¡Para nada!— Saotome se rehúsa ante esa idea y sólo mira irritadamente a Akane.

—Entiendo, tu orgullo masculino sigue— agrego a la conversación. Me siento en la cama y mi mirada conecta con la de él que me mira malhumoradamente, con el ceño fruncido. Aún así noté cierta curiosidad en su mirada al verme.

—Encontramos la indicada— Nabiki se levanta del suelo, sosteniendo en sus manos un pantalón de mezclilla y una blusa algo ajustada de color rosa pastel.

—¿Color rosa?— Saotome mira con desagrado mi blusa.

Nabiki había elegido una blusa que ni a mí me quedaba, ya no era de mi talla.

—Bien, Ranma, hora de cambiarse— Kasumi le entrega la ropa elegida y con un suspiro Ranma se asiente al aceptar su realidad actual.

Saotome salió a cambiarse y al regresar lo miré de arriba a abajo, no podía negar que se veía bien con la ropa, le lucía bastante bien.

—Y dime, ¿cómo te queda, Ranma?— Akane coloca sus manos en su cintura y mira a la pelirroja como todas lo hacemos.

—¿Te gusta?— Nabiki se inclina un poco al igual que Kasumi que sonríe mirando a Saotome.

—Es que...— Saotome toca la blusa rosa. —Me aprieta en el pecho, es muy estrecho.

—¿Y la cintura?— le pregunta Nabiki.

—Me queda grande el pantalón— toca el pantalón de mezclilla.

Mis hermanas sueltan un suspiro al mostrarse sorprendidas, camino a mi ropero y busco algo más.

—Por supuesto que no te iba a quedar, ni siquiera me queda a mí la blusa— tomo dos playeras negras y me fijo en qué tan holgadas están. —Necesitas algo holgado en el pecho y algo un poco apretado para la cintura.

Space - Ranma 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora