Las gotas de lluvia surcan el viento como si de proyectiles se tratase. Explotan como impactos directos contra el cristal blindado del transporte de reconocimiento que el sargento Numier conduce a toda velocidad por la autopista de Maratón.
Todo es verde: una tierra próspera cubierta de vegetación, árboles cuyas hojas cubren parcialmente el camino. El paisaje boscoso se ve oscurecido por las primeras lluvias de la temporada. Dante, sentado en el asiento del copiloto del vehículo blindado. Ve la lejana cordillera de montañas nevadas aproximándose con el pasar del tiempo.
Desde el oeste llega una gran tormenta. Las transmisiones ya hablan de un auténtico vendaval en Siracusa.
Dante está convencido de que tanto Nova Roma como las colinas de Van Gogh no tardarán mucho tiempo en ser golpeadas por la tormenta lo que retrasará las labores de desembarco. El clima es agradable. El cielo se presenta con tonalidades grisáceas que poco a poco comienzan a cubrir todo hasta donde alcanza la vista. El viento lentamente se hace presente cada vez con mayor intensidad acompañado por el golpear de las hojas de los árboles.
Las gotas de lluvia impactan contra los árboles, contra la autopista, contra la superficie del vehículo. Mucho más lejos las pequeñas líneas púrpuras de los relámpagos brillan entre las nubes bajas.
Numier conduce de un modo insensato. El vehículo es ágil con una capacidad de tres tripulantes, aunque en un principio diseñado como vehículo de reconocimiento el WASP cuenta con los medios necesarios para sobrevivir y abrirse paso ante un encuentro directo, con armas montadas en la proa y un cañón automático de 30mm el WASP es un vehiculo formidable. El blindaje de color verde oscuro con patrones digitales está cubierto por melladuras y golpes sufridos por el uso. Salvo por detalles estéticos su funcionalidad es indiscutible y ello lo sabe Dante quien lo ha requerido como transporte personal.
Numier siguiendo sus órdenes directas busca acortar tiempo conduciendo a máxima velocidad. Sin embargo Dante empieza a replantearse hasta que punto fue buena idea lo que hizo. Numier ha acelerado el WASP a su velocidad punta. La pantalla del sistema de navegación satelital que se encuentra a la derecha de la posición del piloto, muestra una ruta parpadeante. La pantalla es de cristal templado y la cubre una protección contra el desgaste.
Se supone que el icono parpadeante en la pantalla son ellos, la línea intermitente es la autopista. En la parte inferior de la pantalla hay una extensa mancha que brilla en un color azul. Esta mancha es la periferia de Nova Roma sobre la parte superior de la pantalla se ve un icono triangular.
—Baja la velocidad— ordena Dante por el comunicador del casco.
—¿Voy demasiado rápido mi señor?— responde Numier con cierto regocijo en su voz.
Dante se limita a alzar la mano hacia delante señalando aquel gran obstáculo en el camino.
Numier sonríe ya se había percatado de aquel obstáculo tan evidente. Rápidamente comienza a. Frenar al aproximarse al obstáculo en cuestión.Aquel obstáculo tan evidente no es más que el último batallón de colosos en camino a las colinas de Van Gogh. Caminan a paso firme. Son inmensos.varios vehículos de reconocimiento provistos de luces de emergencia los rodean a la altura de los pies y hacen señales a Dante para que reduzca la velocidad. Numier por su parte se adentra en el carril contrario para adelantar el convoy. La tormenta arrecia y el golpear de la lluvia contra el metal genera un estruendo ensordecedor. Que se prolonga por kilómetros.
Los pesados colosos de asedio cubren la retaguardia de la formación siendo los más grandes en tamaño algunos rondan los seiscientos metros de altura, siendo necesario para su transporte el cierre de autopistas especializadas para soportar el peso del equipo, seguidos de cerca se encuentran colosos de asalto, colosos de apoyo y por último los titanes de exploración, equipos blindados que rondan los veinte metros y conforman la vanguardia de ataque de la cohorte.
Los pesados transportes de tropas abren paso frente a la columna blindada de colosos, los grandes vehículos de carga, las piezas de artillería motorizada, los transportes de tanques, todos cargados. Cada uno de esos voluminosos vehículos pasa velozmente a su lado. Camión de tropas. Desaparece. Camión de tropas. Desaparece.
Llegan a la altura de la artillería autopropulsada, que también pasa a toda velocidad, con los cañones apuntando hacia el cielo, como si lo olisquearan. Diez, veinte, treinta vehículos. La columna mide tres kilómetros de longitud.
Dante contempla la falda de las montañas donde el paisaje boscoso lentamente comienza a convertirse en una llanura adornada con árboles de pino y tonalidades grisáceas que se tornan blancas al perderse sobre las nubes. Se encuentran a medio camino y comienzan a adentrarse en los densos bosques de pinos. Dante teclea datos en su ordenador sin embargo no deja de dar pequeños vistazos al camino.
La tormenta arrecia y el viento comienza a curvear ligeramente los árboles. Un icono similar a un escudo aparece en el sistema de navegación.
Numier hace un ruido. Suena como un murmullo de sorpresa.Imponentes naves los sobrevuelan la zona. Las turbinas rugen arrojando una cantidad descomunal de hojas. Parecen estar a tope de su capacidad de carga. La autopista está saturada de polvo.
—¿Ahora qué?— Exclama Numier quien ve su carrera interrumpida.Vagamente decenas de luces naranjas y rojas se ven a lo lejos. Numier reduce todavía más la velocidad. —Ay carajo— murmura Numier antes frenar en seco.
Se aproximan a un grupo de colosos. Caminan con paso lento. Son inmensos algunos capaces de crear sombras tan grandes como las de rascacielos. A sus pies yacen decenas de vehículos provistos de luces de emergencia mismos que hacen señales a Dante para que se aleje a una distancia segura al pasar. Un par de helicópteros HK-300 forman un perímetro sobre la figura del coloso.
Avanzan bajo la sombra caminante de colosos, las nubes gradualmente adoptan tonalidades más oscuras ocasionando que la sombra de los colosos sea similar a la oscuridad de la noche. Los gigantes yacen cubiertos de hojas y hielo. Aun bajo las condiciones climáticas más adversas la imponente figura no cede. Por el contrario desafía a la tormenta.
La extraña e incesante luz producida por los relámpagos se refleja en sus superficies y en los ventanales de las cabinas de control, un resplandor en el ojo, una mirada muerta. Gigantes de hierro que marchan de ciudad en ciudad obliterando a los enemigos de la humanidad se dirigen hacia a sus sarcófagos donde dormirán hasta que los tambores de guerra resuenen nuevamente.
Dante no puede evitar alzar la mirada para contemplarlos. Hasta el se siente impresionado, cincuenta colosos de asedio. Cuya marcha genera sismos en la zona. Los de mayor tamaño acaparan la autopista, una columna de vehículos de transporte se ha visto obligada a detenerse en la periferia de la muralla perimetral del bastión K2.
Numier a apresurado el paso desviándose hacia el arcén, adelanta a los vehículos de guía pasando peligrosamente cerca de los pies de los colosos. Se mantiene en la separación entre el arcén y la alcantarilla lateral dejando tras de sí una estela de nieve y polvo. Cambia la configuración dejando un margen más amplio entre el neumático y la carrocería de forma que los amortiguadores puedan soportar algún percance. Por último acelera de nuevo y vira reincorporándose a la autopista a escasos metros de la muralla perimetral.
Dante mira hacia atrás, tiene la impresión de que los inmensos colosos giran sus cabezas con un aspecto desdeñoso y gruñón ¿quien va en ese diminuto vehículo a toda velocidad? ¿Por que está tan impaciente? ¿Acaso nadie les dirá nada? ¿A donde van con tanta prisa?
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La Batalla de Urex
خيال علميTres siglos han transcurrido desde el final de la "Noche Eterna" la humanidad vive una era dorada de descubrimientos y prosperidad sin precedentes, miles de mundos se extienden a lo largo y ancho de la Gran espiral a clamando las conquistas de viej...