Narra TN: El aeropuerto estaba lleno de gente, pero yo apenas lo notaba, mis manos temblaban mientras sostenía mi boleto, mirando a la distancia como si fuera un espectador de mi propia vida. Tres semanas antes de lo planeado, ahí estaba, a punto de dejar Argentina detrás de mí. El recuerdo de Santiago Trigos y lo que me había hecho seguía pesando en cada paso que daba. Mi decisión de adelantar mi regreso a México había sido rápida, casi impulsiva, pero sabía que era lo correcto.
Pasé el control de seguridad con la mente en blanco, me dolía dejarlo todo atrás, a todas esas personas que Argentina me dio la oportunidad de conocer, pero sabía que era lo mejor. Me senté en la sala de espera, observando la pantalla con las horas de los vuelos, cerré los ojos, tratando de calmarme. Mi mente volvía una y otra vez a esos segundos, al rostro de Santiago, a sus manos, no podía borrar la sensación de repulsión de mi piel. No me había podido despedir de nadie, así que lo último que hice fue enviarle un mensaje a Richard.
" Richard...
Quiero que sepas que me voy antes de lo que planeaba. No te lo dije en persona porque... la verdad, no sabía cómo hacerlo sin romperme. Las cosas han sido complicadas, no estoy lista para hablar de eso pero solo dire que "T" por fin llevó acabo su plan macabro y por eso ya no puedo quedarme en Argentina. Me duele marcharme así, pero necesito estar lejos de todo esto.
Quiero agradecerte por todo. Has sido mi apoyo más grande desde que nos conocimos. No sé qué habría hecho sin ti, de verdad. Me ayudaste a sentirme segura en medio de todo el caos, y por eso siempre te voy a estar agradecida. No te preocupes por mí, estaré bien. Necesito volver a México para sanar, para poner en orden mi vida. Quiero que sepas que no es tu culpa, en absoluto. Si las cosas fueran distintas, me habría quedado más tiempo. Quizás en otro momento, en otro lugar, las cosas hubieran sido diferentes. Pero ahora necesito esto.
Te quiero mucho, Richard, y lo que hemos vivido siempre será especial para mí. No me olvides, por favor. Y cuídate, que alguien como tú siempre merece lo mejor.
Gracias por ser mi ángel."Finalmente, llamaron a los pasajeros de mi vuelo. Me levanté lentamente, como si cada paso fuera más difícil que el anterior. Entré al avión y me acomodé en mi asiento junto a la ventana, esperando que el movimiento de la aeronave me distrajera de mis propios pensamientos.
El avión despegó, y vi cómo Argentina se alejaba bajo las nubes. En ese momento, sentí una mezcla de alivio y tristeza. Me estaba yendo, dejando atrás un lugar donde había encontrado tanto dolor, pero también algunas de las personas más importantes en mi vida, como Richard. Ahora todo se desvanecía, y aunque quería sentirme liberada, solo sentía miedo por lo que venía.
Miré por la ventana, con la esperanza de que México, mi hogar, me brindara la paz que tanto necesitaba. Pero sabía que el camino hacia la recuperación iba a ser largo, y aunque Trigos ya no estaba cerca, su sombra seguía conmigo, envolviendo cada pensamiento, cada emoción.