INOCENTE TENTACION

CAPITULO 2

Capítulo 2: La Tentación Oscura

"El deseo puede ser una prisión invisible, y aquellos que buscan liberarse, a menudo terminan atrapados en algo mucho más oscuro."

Para los Lectores:
En un mundo donde las expectativas dictan cada paso, Freen se encuentra atrapada entre las sombras de su deber y la tentación de algo mucho más profundo. Al llegar a Cambridge, su vida da un giro inesperado al cruzarse con Becky, una joven cuya presencia destila misterio y peligro. En este capítulo, los lazos entre ambas se profundizan, pero ¿es el deseo de libertad lo que realmente las une, o hay algo más siniestro acechando en la oscuridad? Descubramos cómo una simple conexión puede desencadenar un juego peligroso donde la seducción y el control se entrelazan. así  comenzamos la linda y trágica historia, un gusto saludarlos y comencemos.

Pov narrador.

El día de la conferencia había llegado, y con él, una mezcla de emociones que Freen no podía controlar. Había aterrizado en Londres con su inseparable amiga y asistente Nam, pero su mente, aún atrapada en las cadenas invisibles de su compromiso con el duque Heng, luchaba por liberarse. Mientras el coche privado las llevaba a Cambridge, Freen miraba por la ventana, observando los paisajes borrosos que desfilaban ante sus ojos, como si todo a su alrededor se desvaneciera en la neblina de su mente.

—Freen, ¿estás bien? —preguntó Nam, rompiendo el silencio mientras se inclinaba hacia ella, la preocupación evidente en su rostro.

Freen suspiró, apartando los pensamientos oscuros que la envolvían.

—Sí, estoy bien... Solo pensaba en todo lo que tengo que hacer, Nam. —respondió, intentando ocultar la ansiedad detrás de una sonrisa débil—. No sé cómo seguir con todo esto. Mi vida no es mía, nunca lo ha sido.

Nam asintió, dándole una mirada comprensiva. Sabía cuán difícil debía ser para Freen cargar con el peso de las expectativas familiares y su destino ya trazado. Pero en su corazón, Nam también sabía que había algo más que la rodeaba. Algo que había cambiado desde que llegaron a Cambridge.

Cuando finalmente llegaron a la Universidad de Cambridge, el ambiente estaba lleno de la efervescencia de los estudiantes y la actividad académica. Freen, como siempre, caminaba con la gracia y la dignidad que le correspondían por su estatus, pero había algo en su paso que delataba una profunda inquietud.

Fue entonces cuando la vio. Una joven con cabellos dorados y ojos azules, que destacaba entre la multitud como si estuviera hecha de luz. Becky Armstrong. La chica parecía esperar a Freen, y, aunque su sonrisa era cálida, había algo en su mirada que la dejó inquieta. Un magnetismo palpable, un poder silencioso que la hizo sentirse como si estuviera en el centro de una telaraña, atrapada antes de siquiera entender cómo.

—Perdón, ¿eres Freen? —preguntó Becky, su voz suave, casi susurrante, como si cada palabra tuviera el peso de un destino compartido.

Freen asintió, forzando una sonrisa.

—Sí, soy yo. —dijo, sintiendo que la pregunta era más un desafío que una simple introducción—. ¿Nos conocemos?

Becky extendió su mano con una confianza que la hizo sentir aún más desconcertada.

—No, pero he escuchado mucho sobre ti. Soy Becky. Becky Armstrong. —respondió con una sonrisa encantadora, pero había algo inquietante en la forma en que sus ojos la observaban, como si ya supiera algo que Freen aún no comprendía.

Freen aceptó su mano, notando la suavidad de su piel, pero la sensación que recorrió su brazo fue más como un roce de frío que de calidez.

—Es un placer conocerte. —respondió, aunque su voz no sonó tan firme como habría querido.