𝐒𝐃 ♱ 𝒎anipulada por el hombre en quien confió su alma, se encuentra atrapada entre la culpa, el pecado y la fe.
Cuanto más se revelan los secretos, más peligrosa se vuelve su devoción.
¿Hasta qué punto se puede distorsionar la verdad an...
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❝ Él predicaba sobre la entrega a Dios, pero yo no podía dejar de pensar en la forma en que nos entregamos uno al otro.❞
― HERMANA LAUREN
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DESPERTÉ CON la luz del sol invadiendo la habitación, la claridad era tal que tuve que cerrar los ojos por unos segundos antes de finalmente acostumbrarme. Mi cuerpo todavía estaba adolorido, la sábana estaba caliente, pero la sensación de vacío a mi lado fue lo que me hizo despertar definitivamente. Charlie ya no estaba allí, el espacio en la cama estaba frío y no importaba cuánto esperara, sabía que él no volvería.
Me levanté lentamente, sintiendo cada músculo de mi cuerpo, la habitación estaba en silencio, y lo único que resonaba en el interior era el latido acelerado de mi corazón. Me vestí lo más rápido que pude, tratando de no pensar en lo que había pasado.
Necesitaba salir de allí sin que me vieran.
Abrí la puerta con cuidado y miré hacia el pasillo. Silencio, respiré hondo y me fui, manteniendo mis pasos ligeros, tratando de ignorar el nudo que comenzaba a formarse en mi garganta. Cada paso parecía resonar con más fuerza que el anterior y el miedo a ser atrapada aumentaba con cada segundo.
Tenía que prepararme para la primera misa del día, no podía llegar tarde, no podía levantar sospechas. No sabía cómo iba a enfrentar a Charlie otra vez, y mucho menos a las otras hermanas, pero eso ya no importaba.
