Salí del colegio con la cabeza hecha un lío. Hoy fue uno de esos días interminables, de esos que parecen que nunca van a acabar. Exámenes, proyectos, apuntes y profesores con listas de pendientes que parecían crecer a cada minuto. La presión de las notas finales empezaba a sentir, y aunque intentaba mantener la calma, no podía evitar que una parte de mí se sintiera agotada y con ganas de escapar.
A mi lado, Sasha caminaba a mi ritmo, distraída mientras revisaba algo en su celular. Era mi mejor amiga desde que tenía memoria, y aunque parecíamos tan distintos —ella siempre relajada y despreocupada, y yo obsesionada con cada nota y tarea— éramos inseparables. Sabía que, después de un día como hoy, nada me relajaría más que una charla con ella en el camino a casa.
— ¿Cómo te fue en el examen de historia? —me preguntó, guardando su celular en la mochila.
—Creo que bien... pero ya no estoy segura de nada. Con tantas materias, ni siquiera puedo confiar en mi instinto. A veces siento que todo se me viene encima —suspiré, mirando el cielo mientras caminaba.
Ella rió, dándome una palmada en el hombro.
—Ay, ____, seguro te fue genial, como siempre. Te preocupas demasiado. Yo, en cambio, ya asumí que mis notas serán un desastre, y mira, ni me afecta —Nos reímos juntas, y aunque sabía que Sasha lo decía para hacerme sentir mejor, no podía evitar que una pequeña parte de mí siguiera preocupada por las calificaciones.
Llegamos a la esquina de siempre, el punto donde nuestros caminos se separaban antes de que cada una tomara el rumbo a su casa. La casa de Sasha estaba cerca, así que siempre nos acompañamos hasta un punto medio. Nos despedimos con un abrazo rápido y una última broma sobre el profesor de historia, y seguimos caminando sola, sintiendo cómo el ruido y el caos de la ciudad se quedaban atrás.
Entré en mi casa, en el mismo barrio donde había crecido. Mi papá estaba en la cocina, como siempre, cocinando algo que olía a una mezcla de especias y vegetales. Aunque ya estaba acostumbrada, era un alivio llegar y encontrar a alguien en casa después de un día largo.
—¡Hola, papá! —saludé, dándole un beso en la mejilla mientras él me sonreía desde la cocina.
—¡Hola, ____! Hoy tenemos tu plato favorito —dijo sin levantar la vista de la sartén—. La comida ya está lista, puedes subirla si quieres.
Mi papá siempre se encargaba de cuidar muy bien de mí y de mis hermanos. Hoy había tenido mi último examen después de toda la semana; era el último día, mañana viernes solo habría clases regulares sin exámenes. No haríamos mucho, pero igualmente era obligatorio asistir.
—¡Gracias! Hoy es justo lo que necesito. Te amo, papá.
Le di un beso en la mejilla, agradeciendo, y tomé el plato que me había preparado, dándome cuenta de cuánto me hacía falta una comida casera después de un día tan caótico. Subí las escaleras hacia mi cuarto, dejándome envolver por la calma de estar sola en mi espacio. Lo primero que hice al entrar fue soltar la mochila, ponerme la ropa más cómoda que encontré y prender mi computadora. Tenía una buena computadora portátil, pero le conectaba otros monitores para tener una mejor vista. Siempre me había funcionado bien, aunque soñaba con tener una buena PC gamer en el futuro.
Para cualquiera, estar horas frente a una pantalla sería lo último que querría después de un día de estudio, pero para mí, no había mejor forma de desconectarme que conectarme con alguien que parecía entenderme mejor que cualquiera en el mundo real: Deartphey, mi amigo. en línea, o como yo lo llamaba, Der.
Desde que nos conocimos en Attack on Titan , el videojuego online de estrategia y acción que tanto amábamos, Der y yo habíamos compartido noches enteras jugando y riéndonos hasta el amanecer. A pesar de que llevábamos casi un año jugando juntos, nunca habíamos hablado de nuestras vidas fuera del juego. Era como un pacto silencioso entre nosotros: en ese mundo, éramos Bubbalo (mi usuario) y Deartphey, dos jugadores que confiaban ciegamente el uno en el otro sin preguntas sobre la vida real.
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Attack on Titans - Eren Jeager y tú
Fiksi PenggemarPara escapar del caos de la escuela y la presión de las notas, ____encuentra refugio en su amistad virtual con Dear, un misterioso jugador con quien comparte intensas batallas en un videojuego de titanes. Entre risas, películas hasta el amanecer y s...