†Capitulo I

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BIENVENIDA A...

4 meses atrás.


Corría sobre la acera mientras las grandes gotas de agua caían fuertemente, por suerte llevaba una sombrilla para cubrirme de aquella tormenta.

Eran las 7:00 de la mañana e iba un poco tarde para mí primer día de clases en la universidad a la que me había transferido, era una de las mejores universidades pero estaba ubicada en un pueblo pequeño en donde no existían los taxis y el autobús tardaba en pasar,por eso tenía que correr.

Había llegado el sábado por la tarde y me había instalado en una habitación de unos edificios que funcionaban como residencia estudiantil la cual estaba ubicada casi al final del pueblo cerca del bosque, algo lejos de la universidad.

Mis padres no muy convencidos habían accedido a que me mudará de la ciudad y dejará mi vida ahí, mis amigos y mi novio. Alex.

Joder, solo llevaba unas horas aquí y ya lo extraba bastante, había sido una tortura decirle que me mudaba y que regresaría terminando mi carrera lo que nos daba a una relación a distancia, donde el vendría de vez en cuando a visitarme.

Espero que nada cambie.

Con respecto al pueblo, era bastante tranquilo y aburrido a pesar de que la mitad de la población eran universitarios y la otra mitad se dividía entre ancianos, niños, adultos trabajadores y adolescentes de secundaria, sin embargo algo no me gustaba, todo era demasiado perfecto. Todos parecían muy amables y con intenciones de ayudar a quien lo necesitará.

A veces son de ellos de quienes tienes que tener cuidado.

Pero bueno, no podía opinar todavía sobre el lugar, no llevaba tanto tiempo ahí para saber cómo se movían las cosas.

Di un paso para cruzar la calle el cual retrocedí en cuanto cuatro motocicletas, una azul, una roja, una blanca y una completamente negra pasaron a toda velocidad como si jugaran carreras salpicando el agua de los charcos sobre mi. Exhale con frustración y maldije a quienes me habían mojado, deje caer la sombrilla a mi lado dejando que la lluvia terminara de empaparme.

¿Que otra cosa mala podría pasarme?

Esta vez si cruce la calle y dando la vuelta encontré la enorme estructura que era la universidad, se componía de varios edificios llenos de ventanas por todos lados, a la entrada había un camino de césped donde se podían apreciar unos cuantos árboles y algunos puestos de comida, también había un estacionamiento donde habían varios autos, motocicletas y bicicletas aunque algunos también llegaban en patinetas.

Quedé asombrada y los nervios recorrieron todo mi cuerpo de arriba a abajo, me sentía extraña estando allí, tal vez había sido una mala opción venir aquí.

Me acerque un poco más hacia el terreno perteneciente a la escuela y me di cuenta de que no era la única que iba empapada hasta los huesos, de hecho eran demasiadas personas las que al igual que yo ahora estaban mojadas. Sentí un poco de alivio al ver qué no era la única en esas condiciones así que me decidí a entrar, no sin antes echarle un vistazo a las motos estacionadas, y ahí estaban sin sus dueños, las cuatro que fueron las causantes de que terminara como rata mojada.

Malditos.

Entrando trate de secar un poco mi ropa y me dirigí hacia las oficinas donde un señor alto, delgado, de piel amarillenta con el cabello castaño solo en una parte de la cabeza, que vestía un suéter rojo, unos pantalones grises formales y unos lentes que le quedaban a la mitad de la nariz me atendió apenas le entregué los papeles.

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