40

320 48 12
                                    


Capítulo 40: Por siempre...

Yoongi llevaba días en un estado de insomnio que comenzaba a nublar su juicio. Cada intento de cerrar los ojos lo devolvía al mismo torbellino de pensamientos: la conversación en el cementerio con Woonyoung, la fría distancia que ella ahora le imponía, y su propia incapacidad de responder a la pregunta que ella había dejado en su mente, latente y sin respuesta. Desde aquel día, había surgido algo en su interior, un dolor que al ver a Jimin cada mañana solo empeoraba; cada vez que su mirada se cruzaba con la del omega, sentía una punzada de culpa, como si su simple presencia lastimara la memoria de su difunta esposa. Decidido a evitar este pensamiento y sentimiento, había empezado a reducir al mínimo su estancia en la casa, pasando más tiempo en la empresa y sumergiéndose en un trabajo que, aunque lo mantenía ocupado, le quitaba hasta el último resquicio de paz.

Los problemas en la oficina parecían haberse acumulado junto con su vida personal, como si todo el universo conspirara en su contra. Después de un día especialmente caótico, Yoongi se encontró llamando a Namjoon a su despacho. Su voz era firme, pero su corazón, traicionado, latía con fuerza mientras el alfa entraba con una expresión de arrepentimiento.

—Yoongi… por favor, puedo explicarlo —dijo Namjoon, con un tono que suplicaba redención.

Yoongi se cruzó de brazos y apretó la mandíbula, tratando de contener la mezcla de decepción y furia que brotaba de él. Aquel hombre, uno de sus más cercanos amigos, alguien en quien había confiado plenamente, había sido descubierto desviando fondos que, debían haber sido destinados a la empresa.

Namjoon intentó una vez más disculparse, justificarse, pero Yoongi apenas escuchaba. Su decepción pesaba demasiado, y mientras lo miraba, una nueva pregunta surgió en su mente: ¿Será esto lo que Woonyoung siente al verme? ¿Este tipo de traición que no se puede perdonar?

Hoseok, paseaba inquieto por la oficina, incapaz de creer lo que estaba ocurriendo. En una esquina, Seoyeon,estaba silenciosa y con el rostro cubierto de lágrimas, devastada por lo que acababa de presenciar. Cuando Hoseok preguntó si Namjoon había estado usando los fondos para sostener a omegas de servicios, el silencio de Namjoon fue suficiente para que Yoongi supiera que sus sospechas eran ciertas.

—Contraje deudas… —balbuceó Namjoon en un último intento de explicarse, aunque sabía que ya era inútil.

—Podrías haber pedido un préstamo —replicó Yoongi, la voz más cortante que nunca—. Yo habría estado dispuesto a ayudarte, Namjoon. Pero, en lugar de confiar en mí, simplemente destrozaste toda la confianza que te di.

Yoongi, incapaz de soportar más la situación, les pidió a todos que abandonaran su oficina. Antes de que se marcharan, le indicó a Seoyeon que acompañara a Namjoon a Recursos Humanos para formalizar su renuncia.

Cuando la puerta se cerró y Yoongi se quedó solo en su despacho, todo el autocontrol que había mantenido hasta entonces se derrumbó. La soledad y el peso de las decepciones lo aplastaban. No solo sentía que había perdido a Namjoon, sino que la distancia con Woonyoung y sus propios sentimientos repentinamente confusos hacia Jimin lo hacían sentir atrapado, aislado de todos. Era como si el mundo entero se hubiera vuelto en su contra, dejándolo a la deriva, sin dirección ni consuelo.

Finalmente, Yoongi decidió ir a casa, aunque ya era la madrugada. Estaba exhausto, no solo físicamente, sino también emocionalmente. Al llegar, recorrió en silencio los pasillos, observando las puertas cerradas en penumbra. No tuvo el valor de acercarse a la habitación de Jimin ni de comprobar si el omega estaba dormido. Se sentía como un intruso en su propia vida, incapaz de enfrentar la confusión creciente que sentía.

I LOVE YOU, BOY | YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora