Lucifer

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Mucho ya se ha dicho sobre lucifer, desde su rebelión, su caída y ser el enemigo número uno de Dios; sobre todo, del cómo perdió su nombre y cambió a uno que le hiciera justicia por sus acciones. Pero nadie cuenta la verdadera historia y él no está tan interesado en que simpaticen con su tragedia.

Lucifer sí era la mejor creación de Dios, su poder no podía compararse al resto de los ángeles, sin embargo hubo algo en lo que su creador se equivocó: otorgarle el libre albedrio. Ese supuesto don que le hiso ir a la perdición, llenarse de codicia y envenenar a otros ángeles para que le siguieran en su rebeldía, no podía ser más falso. Después de su expulsión, le cambiaron el nombre: Satán, Satanás Demonio... Diablo, pero sólo uno lo conoce como Min Yoongi. Incluso su imagen fue transformada en el mundo de los humanos. Algo que claramente no es. Yoongi es pálido, cada vez que la luz lo iluminaba, su rostro brillaba; lejos de ser tenebroso es más bien, pacífico, sus ojos son pequeños, pero igual de tiernos y dulces que los de un gatito. El que todo el tiempo esté serio hacer creer a los demás que es mal humorado y sí, bueno, solo cuando no toma sus siestas. Su cuerpo no es tan grande, sin embargo, tiene buenos músculos; sus alas son negras, manchadas por el pecado; tan grandes que suelen tocar el suelo, adornadas con cristales que brillan muy lindo cuando hacen contacto con la luz. La mayoría de sus poderes los conserva. Puede transformarse en lo que sea.

Lo que en verdad hizo a Lucifer perderlo todo, fue amor, no codicia ni nada de esas tonterías. El amor segó a Lucifer hasta el punto de querer pertenecer a otro lugar, junto al amor de su vida y el que haya revelado que es un ángel a un mortal fue sólo su primer pecado que lo condenó a la maldición eterna. El diluvio que el altísimo mandó tuvo la intención de deshacerse de los homosexuales. No por la supuesta maldad, no por buscar corromper a la segunda creación divina del rey en los cielos. Lucifer y su gran maldad salvaron a muchas personas y especies que asentó en un lugar más seguro. Cuando Noé solo se encargó de seleccionar a aquellos que siguieran las creencias del más poderoso. Gracias a eso Lucifer se hizo de un séquito.

Una de las historias que es digna de contar se trata de la única vez que los humanos conocieron la verdadera furia de Lucifer. Aquella cuando Dios jugó con él. Cansado de verle feliz, en paz, pero sobre todo al ver como Lucifer otorgaba el don de la vida a los hombres y cómo la gente lo alababa en vez de temerle, mandó a un grupo de ángeles para secuestrar a Jimin, el hombre que escogió como pareja eterna en un intento de terminar con la gente enferma y evitar que más hombres siguieran sus pasos.

Jimin era un joven delgado, de cabello azabache, con una radiante sonrisa que llegaba hasta sus ojos, cuerpo delgado, cintura fina, cualquiera que lo viera podría jurar que se trataba de un serafín, uno muy joven por su rostro aniñado. Pero al corromperlo obtuvo cuerpo de pecado y una dualidad que invitaba a mancharse de por vida. Primero con ese tierno y dulce rostro para después atraer al hombre, llenándolo de hambre carnal.

Yoongi se había establecido en Busan, lugar de nacimiento de Jimin, ahí levantó una gran morada que también era la entrada al reino perdido, el infierno. Una mansión, la más grande del mundo, como era de esperarse. En la entrada había un espacio para una estatua en la que lo intentaron personificar, en donde se permitía pasar a toda persona que deseara hacerle una petición o dejar ofrendas. Unos kilómetros más al fondo, protegida con diferentes animales, en un verdoso jardín de por medio se encontraba la verdadera entrada, con estilo romano que fue actualizando para comodidad de su pareja. Claro que Jimin era libre, si quería visitar a su familia, pasear por las calles e incluso jugar en la ciudad. Nadie sospechaba quién era, creían que era muy devoto del diablo, que estaba loco, por eso se le podía encontrar todos los días cerca de la mansión.

Al volverlo inmortal, petición por parte de Jimin para pasar toda la vida juntos, se percató de algo que les hacía falta: Familia. El ahora inmortal presenció la muerte de todos con los que compartía sangre, el cómo las generaciones avanzaban mientras que ellos se mantenían igual. Cuando Yoongi le hizo una sorpresa a Jimin por el día de su cumpleaños, el joven lloró amargamente por ser hombre y no poder otorgarle una familia como cualquier mujer podía hacer, llegó a creer que ese era su castigo por no seguir la palabra de Dios. Estuvo tan deprimido que en un mes no salió para nada de la mansión. Yoongi, desesperado por ver al amor de su única vida de tal manera, decidió que alterar el orden, solo un poquito, no estaría mal. Sabía de ante mano que otorgarle semejante don a su pareja haría que el mundo estallara en guerra, pero estaba dispuesto a enfrentarla con tal de tener a su Jimin feliz.

☆Antología YoonMin☆ ||BTS||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora