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Jódeeeeme.

Sí, esa fue la idea que se me pasó por la cabeza cuando Soobin se hizo a un lado y Beomgyu entró al estudio hace unos diez minutos. Y seguía corriendo por mi cabeza ahora, mientras me sentaba solo en uno de los sofás frente al tipo que estaba cantando una canción que Soobin y yo habíamos escrito hace dos años, como si la hubiéramos escrito específicamente para él.

Me lo merecía, supongo. Si me hubiera molestado en ver el archivo adjunto de video en el email que Soobin nos envió anoche, no habría estado tratando de ocultar la reacción que estaba teniendo hacia el tipo... y sí, estaba teniendo una gran reacción.

Había estado tratando de averiguar por qué cualquier rockero esperanzado se presentaría a esta audición sin ninguna experiencia anterior. Pero cuando entró por la puerta y lo vi por primera vez, eso se aclaró muy rápido.

El tipo era una puta sensación. Tenía el pelo del color de la luz del sol o del oro... sobre los que los poetas escribirían alguna mierda... y ondeaba en una sexy maraña de rizos sueltos que golpeaban el cuello de su chaqueta. Y esa cara suya, Jesús. Era perfecto. Casi de otro mundo. Y con ojos de un ligero tono verde, como aguamarina... era casi demasiado hermoso para mirarlo.

Me moví en el sofá y deseé que Soobin me hubiera pedido la botella entera de whisky, porque de repente no estaba bebiendo para apagar el dolor de que alguien cantara nuestras canciones. Estaba bebiendo para tratar de distraerme de lo atractivo que era este tipo. Especialmente cuando le agregas su voz... y qué voz tenía.

Él pronunciaba las palabras de una manera ronca y profunda que sentías en tu espina dorsal y en tu alma, y mientras rasgueaba su guitarra, cerró esos preciosos ojos suyos y se perdió en mi canción... es decir, nuestra canción.

Mierda, esto no era bueno. Por supuesto que el primer tipo que mostraba algún potencial tenía que ser alguien que me pusiera la polla dura, y cuando miré a Soobin y lo vi observándome para ver mi reacción, esperé como el infierno que solo estuviera mirando mi cara.

Beomgyu llegó al final de la canción, y me sorprendió, él fue el primer hombre que había logrado superar todo el asunto sin arruinarlo.

Cuando la habitación se hundió en el silencio, Beomgyu abrió los ojos y parpadeó, y cuando se ensancharon un poco, casi me eché a reír. ¿Se había olvidado dónde estaba? Bueno, si ese era el caso, seguro que ahora lo estaba recordando.

—Guau. —Soobin fue el primero en ponerse de pie, mientras aplaudía lentamente y miraba hacia nosotros—. Te dije que era bueno, ¿no?

—¿Bueno? —dijo Taehyun, y luego se rió—. Eso fue increíble.

Por el rabillo del ojo, vi a Kai asintiendo de acuerdo, pero sin ofrecer mucho más que eso, y finalmente Soobin me miró.

—¿Y bien?

Mis ojos se movieron de Soobin a Beomgyu, que me miraba, esperando mi reacción. Y aunque yo no era de los que le echaba humo en el culo a nadie, también era lo suficientemente hombre como para admitirlo cuando estaba impresionado.

—No está mal.

Los labios de Soobin se movieron. Me conocía lo suficientemente bien como para saber que eso era un maldito elogio de mi parte... pero el que estaba a su lado parecía menos convencido.

—¿Puedo tocar otro si quieres? —se ofreció Beomgyu, pero Soobin agitó la cabeza.

—Dame un segundo, ¿quieres?

—Bien —dijo Beomgyu mientras Soobin cruzaba para detenerse frente a mí, y al acercarse, no pude evitar que mis ojos se desviaran hacia Beomgyu, que había retrocedido un poco para darnos privacidad y que ahora mostraba gran interés en la cabina de sonido detrás de él.

De espaldas a Beomgyu, Soobin miró a Taehyun y Kai, quienes le dieron su aprobación con la cabeza, y luego sus ojos volvieron a mirarme.

—¿Quieres hacerle algunas preguntas? —Esa era la forma que tenía Soobin de preguntarme si me gustaba Beomgyu lo suficiente como para que viera si estaba disponible para volver y realmente probar con nosotros. Que probara un set completo con nosotros y ver si se enredaba. Pero el único tipo de enredo que tenía en mente no requería instrumentos, ni compañeros de banda, ni, bueno... ropa. De alguna manera, no creí que eso fuera lo que Soobin quería decir.

Una vez más, había tantas razones por las que esto era una mala idea.

Mis ojos deben haber transmitido al menos eso de mis pensamientos, porque en el momento en que abrí la boca para sugerir que Beomgyu no era el adecuado, Soobin bajó la voz y dijo:
—Es malditamente increíble, Yeon ¿Cuál es tu problema?

Decidí que era mejor no decir cuál era mi problema en particular, miré hacia abajo a mi regazo y los ojos de Soobin me siguieron. Cuando vio lo increíble que pensaba que había sido este tipo, los labios de Soobin se curvaron hacia un lado.

—Yo diría que es una respuesta positiva. ¿No lo crees?

Junté los dientes y agité la cabeza.

—No lo creo.

—Vamos, Yeon. Es el primer tipo que vemos donde no te has dormido a mitad de camino.

Eso era cierto, pero no estaba seguro que esto fuera mejor.

—Si puede hacerte esto, imagina lo que podría hacerle a un estadio lleno de fans gritando.

Vale, Soobin tenía razón, y que se joda por eso.

Pero, ¿realmente quería someterme a este tipo de tortura día tras día? Yo había estado allí, lo había hecho, y mira cómo resultó.

Entrecerré los ojos, pero antes de que pudiera decir nada más, Soobin se enderezó y le dijo a Beomgyu:

—Bien. ¿Por qué no vienes a sentarte y podemos conversar un poco?

Maldito Soobin.

Bueno, al menos no podía decir que no le había advertido.

Mi ángel caído (Yeongyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora