Sonic and the black knight// Traición.

1- Traidor.

      El cielo muestra el final de un día en tonos rojizos, casi del mismo tono en que la tierra se tiñe de rojo, causado por ese líquido vital carmesí emanando de los cuerpos ya inertes. Lo que hace unos momentos fue un campo de batalla, ahora está lleno de cadáveres, adónde quiera que gire solo encontrará más cadáveres de aquellos a quienes que les arrebató la vida; así como de quienes fueron por un gratificante momento efimero sus compañeros de armas.
   En medio de la tragedia hay una sola persona, un único sobreviviente arrodillado en el suelo mirando como la sangre se extiende más y más sobre el suelo, el hedor molesta al olfato pero aún así apenas reacciona ante ello.

Su cuerpo está cubierto de sangre tanto suyo de sus propias heridas, como de la sangre ajena; su espada Arondight no estaba en mejoras condiciones que él.

- El día llega a su fin... _el susurró de sus palabras fueron llevadas por el viento.

     Como si de un llamado se tratase (dejando en duda las causalidades), a la lejanía escucho el trotar de varios caballos yendo en su dirección… Venían a por él, ¿Quienes serían? Da un último vistazo a tal terrible y desagradable entorno a su alrededor; se pone de pie, sosteniendo su espada listo para lo que fuese a suceder.

- ¡Allá está! _escucho a alguien gritar a sus espaldas y seguido escucho el trote de los caballos aproximarse aún más.

    No se movió hasta no tenerlos de cerca, apretó su agarre en la empuñadura y atacó; percatandose en el acto de que se trataba de ellos, el jinete alcanzó a esquivar (a durás penas) el filo de la espada. Es entonces que el caballero se permite dejarse caer al suelo de rodillas.

Estaba cansado... Sumamente cansado.

   Los recién llegados no hacen más que quedar sorprendidos por tal hazaña y victoria de Lanzarote.

Nadie se dió cuenta de un par de ojos al asecho.

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- Le estoy agradecido Lanzarote, con su ayuda mi gente puede disfrutar de esta victoria. _hablo un noble, un señor feudal dueño de unas tierras dentro de los alrededores de Camelot.

- Estoy para servir. _contesto, dejando vagar su mirada carmín a lo largo de aquella fiesta.

     El pueblo celebraba.
Celebraban una victoria tras varias pérdidas de familias y conocidos, tras amenazas exigiendo elevadas cuotas y el reclamo de esas tierras de cultivos. Él hasta hace unos momentos había dado sus condolencias a los hermanos de quién fue conocido como Gawain, fallecido en batalla que no era más que un agricultor… un hombre y agricultur con gran valentía.

- Quiero agradecerle... _volvio hablar el feudal, posando su mirada verde al contrario después se fijó a su gente._ … y me apena no saber cómo.

El azabache hizo lo más similar a una sonrisa.- No hará falta eso. _dijo._ Es… lo menos que puedo hacer al menos.

     Un poco extrañado estuvo a punto de cuestionar, más se quedó callado. El caballero había preferido que fuese así y no insistiría en ello; respetando lo preferido, al fin de no hostigar al hombre que los guío a la batalla.
    La fiesta parecía animarse más que en un principio, las personas poco a poco se soltaban de más, sintiéndose más libre de hacer lo que gustasen tomando licores a cantidades exageradas; después de todo habían ganado… ¿No?

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   Por otro lado una chica y su hermano menor daban su camino de regreso a su hogar… Una casa vacía. Un par de hermanos equidna que pese a la celebración que se daba por la pequeña victoria de su pequeña aldea, ninguno estaba con los ánimos de festejar. No con la tristeza que les provocaba el haber perdido su único familiar y el único protector que tenían, ¿Cómo serían capaces de celebrar con Gawain muerto? No celebrarían eso, sería como festejar su muerte.
    La mayor llevó al más pequeño a la cama, esté se dejó arropar sin muchos rodeos a comparación de otras veces: