Expediente 1958, Jaque a La Reina

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A partir de ahora, en algunos capítulos (3,5,6 y 7) habrá contenido que pueda herir la sensibilidad del lector y no apto para menores sobre drogas y violaciones, no voy a describir mucho las escenas. Estuve trabajando en un centro de desintoxicación allá por el 2007-2008 y teníamos pacientes de todas las edades, el más pequeño tenía 13 años por aquel entonces. En los años 80 la droga estaba a la orden del día, y no es tan descabellado que a una edad tan temprana empezaran a andar por esos lares. Repito, si no os veis con fuerza, no terminéis el capítulo, preguntadme por privado en mi cuenta de X, y os pondré al día sin entrar en detalles. Si por cualquier motivo, cambiara los capítulos anteriormente mencionados, lo avisaré antes de dar comienzo.

Marta intentó dormir, pero ni los efectos de la anestesia ni el cansancio consiguieron que cerrara los ojos, solo podía pensar en aquel año, en 1986.

23 de Setiembre de 1986:

Marta salía como cada tarde a jugar al descampado que había detrás de su casa, su padre Damián de La Reina era director de banco, y su madre, Catalina tenía una perfumería a medias con su hermana Digna, su hermano Jaime quería ser médico, y su hermano Andrés quería ser profesor de Bellas Artes, mientras que ella quería ser veterinaria, a decir verdad, también dijo que quería ser bibliotecaria, abogada, astronauta... Había cambiado varias veces de opinión, pero por suerte, todavía tenía 12 adorables años y tiempo para decidir lo que realmente quería cuando se presentase el momento.

Esa tarde había quedado con su amiga María, pero la castigaron por suspender el examen de geografía, por tanto, Marta decidió ir sola, ya se encontraría a más niños allí jugando, o eso creía, porque cuando llegó al descampado estaba desierto, no había ni un alma, echó un último vistazo y a su izquierda, bajo la sombra de un árbol vio a una persona conocida, se acercó a ella dando saltos de alegría.

-¡Hola Fina!-Saludó la pequeña Marta muy entusiasmada.

-Hola pequeño terremoto.- Le devolvió Fina el saludo, y si, se había quedado con ese pequeño mote desde el cumpleaños de Jaime hacía casi un año.

Siempre que iba a casa de Los de La Reina a estudiar y veía a Marta le saludaba del mismo modo, y a la pequeña no le importaba.

-¿Qué haces?-Preguntó inocentemente Marta.

-Pensar, Martita, pensar en lo injusto y cruel que es este mundo a veces, pero no te voy a dar una clase de filosofía ahora, ya llegarás.- Contestó mientras le daba una calada a aquel cigarro un poco más ancho de lo normal y un olor bastante intenso.

-¿Y si quiero que me des una clase de filosofía?- Rebatió la pequeña.

-Marta, cielo, ahora mismo no tengo ni ganas ni tiempo, no ha sido un buen día y no quiero enfadarme contigo. A sí que, por favor, ve a jugar con tus amigos y diviértete, tú que puedes.

-No quiero, quiero quedarme aquí contigo. Prometo no hacerte preguntas de filosofía, además mi amiga María hoy no vendrá porque ha suspendido el examen de geografía, anda que poner que el Tajo es un corte y no un río...

Fina no pudo evitar reír por la forma en la que se lo contó.

-¿Y tú has aprobado?- Preguntó dando otra calada.

-Claro, he sacado un 10.

-Esa es mi chica.

-Fina... ¿me das para que lo pruebe?- Preguntó señalando el porro que tenía Fina.

-¿Estás loca? Ni de broma, no deberías fumar.

-Porfa... no se lo diré a nadie, te lo juro.