Me encontraba escuchando música en mi habitación con todas las luces apagadas, la única luz presente era la del ordenador.
Escuché un grito de mi padre...
Me llamó con un tono desesperado y enfadado... Se me heló la sangre, pude escuchar el grito perfectamente a pesar de que tenía puestos mis auriculares a todo volumen...
Sabía que algo bueno no me podía esperar...
Salí con miedo de la habitación y tras un temblor constante, un nudo en la garganta y un sudor frio, me ocurrió aquello que ya me esperaba previamente...