Capítulo 21: La misión comienza

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El equipo se había dividido. Logan, Hank, Emma y Charles iban en el jet, mientras que Raven había desaparecido, como siempre, dejando dudas sobre si seguiría el plan o no. El motor del jet rugía, pero dentro todo estaba tenso y silencioso.

Emma estaba sentada junto a Charles, observando cómo estudiaba un mapa holográfico con Hank. La luz azul del proyector iluminaba sus rostros, destacando las líneas de preocupación en los ojos de Charles.

—Entonces, ¿cuál es el plan B si Raven no aparece?— preguntó Emma, rompiendo el silencio.

Charles no apartó la mirada del mapa. —No hay plan B. Necesitamos que ella decida no matar a Trask. Es nuestra única opción para evitar el futuro que conoces.—

Logan, desde el asiento del piloto, giró ligeramente la cabeza. —O siempre podemos improvisar. Nunca falla.—

Emma rodó los ojos. —Claro, porque los planes de última hora siempre son una garantía.—

Charles sonrió débilmente ante su intercambio. —Preferiría no improvisar si podemos evitarlo.—

Emma inclinó la cabeza, estudiándolo por un momento. —¿Y si no puedes convencerla? Charles, no siempre puedes arreglarlo todo hablando.—

Él finalmente la miró, su expresión más seria. —No es solo hablar. Es mostrarle que hay algo más allá de su odio, algo por lo que vale la pena luchar.—

Emma asintió, aunque su ceño se frunció. —Y si no lo ve, Charles, no te culpes por ello. Hay cosas que no puedes controlar, aunque lo desees.—

Charles iba a responder, pero el jet dio un leve sacudón cuando Hank anunció que estaban llegando al lugar.

—Hora de trabajar—, dijo Logan mientras comenzaban a descender.

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El grupo aterrizó en una zona boscosa cerca de las instalaciones donde Trask estaba presentando su proyecto de los Centinelas. La seguridad era intensa, con soldados armados patrullando el perímetro.

—¿Plan?— preguntó Logan, cruzando los brazos mientras todos se reunían tras unos arbustos.

Charles señaló un pequeño edificio al costado del complejo. —Esa es la sala de control. Necesitamos que Hank y Logan se encarguen de la seguridad mientras Emma y yo nos infiltramos para encontrar a Raven.—

Emma arqueó una ceja. —¿Infiltrarnos? Charles, creo que subestimas lo llamativa que soy.—

Él sonrió ligeramente. —Confío en que puedas ser creativa si es necesario.—

Ella sonrió de vuelta, pero no pudo evitar sentir una ligera punzada de nerviosismo. No estaba acostumbrada a trabajar tan de cerca con alguien como Charles, alguien en quien sentía que podía confiar plenamente.

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Dentro del complejo, Emma y Charles avanzaban con cautela por un pasillo estrecho. Charles se movía con su silla de ruedas con una destreza impresionante, mientras Emma usaba sus habilidades para desviar la atención de los guardias, manipulando sus pensamientos para que miraran hacia otro lado.

—¿Siempre es así de fácil para ti?— susurró Emma mientras un guardia pasaba junto a ellos sin notar su presencia.

Charles negó con la cabeza. —No siempre. Pero con los años, aprendes a mantener la calma.—

Ella rió suavemente. —¿Y a mí qué me sugieres? Porque estoy bastante lejos de mantener la calma.—

—Confía en ti misma, Emma—, respondió él, con una calidez en su voz que la sorprendió. —Eres más fuerte de lo que crees.—

Antes de que ella pudiera responder, llegaron a una sala amplia donde una figura conocida estaba revisando documentos en una mesa.

—Raven—, dijo Charles, su voz llena de esperanza y algo de urgencia.

Ella se giró lentamente, su expresión calculadora. —Sabía que vendrías.—

Emma se mantuvo un paso detrás de Charles, observando la interacción.

—Raven, por favor, escucha. No tienes que hacer esto. Matar a Trask no resolverá nada; solo lo empeorará. Lo que hagas aquí definirá el futuro para todos nosotros.—

Raven cruzó los brazos, su mirada fija en Charles. —¿Y por qué debería escucharte? Me abandonaste, Charles. Te escondiste cuando más te necesitaba.—

Charles cerró los ojos, como si sus palabras fueran un golpe físico. —Tienes razón. Fallé contigo, Raven. Pero estoy aquí ahora, y quiero enmendarlo. Lo que hagas aquí no solo te afecta a ti, nos afecta a todos.—

Emma sintió el impulso de intervenir. —Escucha, Raven. Yo vengo de ese futuro que intentamos evitar, y te aseguro que no quieres ver en lo que se convierte este mundo. Pero la decisión es tuya.—

El silencio que siguió fue tenso. Raven miró a ambos, su expresión oscilando entre la duda y la determinación.

Finalmente, ella habló —No prometo nada. Pero los escucharé.—

Charles asintió, aliviado. Pero antes de que pudieran moverse, un grupo de guardias irrumpió en la sala, armas en mano.

—¡Alto ahí!

Emma se colocó instintivamente frente a Charles, sus ojos brillando con determinación. —Bueno, parece que el plan B llegó más rápido de lo que esperábamos.—

Fragmentos del Futuro -- Charles Xavier--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora