Capítulo 31: La batalla sin fin

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Los Centinelas avanzaban con fuerza, más numerosos y peligrosos que nunca. A pesar de que Charles y Emma lograban controlar una parte del campo, los gigantes de metal seguían apareciendo, uno tras otro, como si no hubiera fin. La mansión estaba bajo asedio, y los miembros del equipo luchaban con todo lo que tenían.

—¡Emma, atrás!— gritó Logan, mientras un Centinela disparaba un rayo de energía hacia ella. Sin perder la compostura, Emma utilizó la velocidad que había obtenido de Logan para esquivar el impacto, moviéndose con una agilidad impresionante. Sus ojos brillaban con una determinación feroz.

—¡No tengo intención de retroceder!— respondió ella, ahora más centrada en su objetivo. Aprovechando los poderes de Logan y Charles, podía sentir la energía a su alrededor, podía ver cada movimiento, cada debilidad en los Centinelas.

—¡A la izquierda!— gritó Hank, su cuerpo transformado en una bestia azul y musculosa, saltando hacia otro Centinela. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de todos, los enemigos parecían no ceder.

Emma, observando la situación, sintió el dolor de su compañero Charles, quien aún luchaba por mantener la concentración sobre tantos Centinelas. Al verlo tensarse, con los ojos cerrados y el rostro pálido, Emma decidió que era momento de tomar las riendas.

—Charles, yo me encargaré de esto. Quédate concentrado, ¡te tengo cubierto!— dijo ella, mientras sus ojos brillaban con una mezcla de determinación y fuerza. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia un Centinela que se acercaba por el flanco. 

—Ahora es mi turno—, susurró Emma, alzando una mano mientras una onda psíquica envolvía el aire a su alrededor. Los Centinelas, que avanzaban sin cesar, comenzaron a ralentizarse. El campo de batalla cambió de inmediato; los enemigos que antes parecían imbatibles ahora se veían erráticos, como si algo estuviera interfiriendo con sus sistemas.

—¡Bien hecho!— exclamó Charles desde donde estaba, su voz débil pero llena de alivio al ver cómo su poder comenzaba a fusionarse con el de Emma. Ahora ambos controlaban la situación de una forma que no creían posible. Emma estaba dominando los Centinelas con una fuerza que nunca había experimentado.

Sin embargo, la paz fue efímera. El líder de los Centinelas, más grande y más avanzado, apareció en el horizonte. Era un modelo completamente diferente, más resistente y con armas que podían atravesar casi cualquier defensa.

—Es un modelo avanzado. No será fácil—, dijo Hank con un tono preocupado, observando la llegada de la nueva amenaza.

—¡No importa cuán grande sea, lo enfrentaremos juntos!— gritó Emma, uniendo sus fuerzas con las de Charles. Ella comenzó a levantar las manos, transmitiendo una poderosa onda psíquica, mientras Charles coordinaba la energía, guiando sus movimientos.

El Centinela avanzado, mucho más ágil y rápido que los demás, comenzó a disparar láseres de energía más potentes. Emma se movió como una sombra, esquivando los ataques, mientras con un gesto mental, desactivaba uno de los cañones del Centinela.

—¡Ahora, Logan!— gritó ella.

Logan aprovechó el momento y se lanzó al ataque, sus garras extendidas. El Centinela intentó defenderse, pero no esperaba que la fuerza combinada de los mutantes fuera tan imparable. Logan se lanzó hacia la parte trasera del Centinela, donde las piezas de metal estaban menos protegidas. Con un feroz ataque, desgarró la armadura, creando una apertura en la que Hank aprovechó para colocar una carga explosiva.

—¡¡Aguantad!!— gritó Hank mientras el Centinela, debilitado por la explosión, cayó de rodillas. Sin embargo, antes de que pudiera ser destruido por completo, el líder de los Centinelas activó un sistema de autodestrucción.

—¡¡Se va a detonar!!— exclamó Raven desde las sombras, advirtiendo a todos sobre la amenaza inminente.

—¡Todos, atrás!— ordenó Emma, utilizando su poder psíquico para apartar a sus compañeros lo más rápido posible.

Fragmentos del Futuro -- Charles Xavier--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora